Entidades oficiales y gremios de productores desconocen el número de hectáreas que están listas para cultivar arroz, maíz y soya.

Otro día caliente y sombrío, característico de la manifestación invernal en la Costa, con suave y fresca brisa y amenaza de lluvia permanente.

Son las condiciones del tiempo que moderan la principal labor sobre extensos paisajes de suelos oscuros y desnudos (preparados) en comarcas planas y onduladas de Guayas y Los Ríos, donde comienza la campaña grande de ciclo corto del 2006.

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Al averiguar por qué no hay casi cuadrillas de gente trazando (demarcado del cultivo), espequeando (abertura del hueco donde cae la semilla), voleando grano, aplicando herbicidas preemergentes, si han caído las primeras lluvias, encontramos que el clima está influyendo en la cultura productiva de la Costa.

Los continuos inviernos traicioneros, como los denominan los productores, hace que los veranillos escapen a su experiencia; al parar las lluvias y no haber alcanzado la  humedad suficiente el suelo, la semilla sembrada muere o nace estresada.

Ahora el agricultor es más cauto, escucha los pronósticos aunque no les crea del todo, y espera hasta que la humedad del suelo sea ideal aunque lo comprometa a ejercer un mayor control de malezas y plagas y al riesgo en terrenos mecanizados de interrumpir la faena por el lodo.

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Si bien el cambio climático aumenta la incertidumbre del agricultor, lo acerca a las prácticas del mundo globalizado, como lo ha hecho la telefonía celular.

Tercerización
Durante el primer aguacero que cayó la noche del miércoles y jueves anterior en el sector de La Guayaquil, entre  Balzar y El Empalme, el mediano productor Jacinto Suárez contrató la siembra por $ 35 la cuadra, $ 7 más que el año anterior “Yo solo lideo con José Murillo, el contratista, y mi bolsillo de un día para otro”.

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Observa Suárez que escogió de sus 30 cuadras las que acumulan mayor humedad, por si no vuelve llover y que si muchos compañeros no se han volcado a hacer lo mismo es porque el Banco de Fomento no coloca con agilidad los créditos. “En mi caso, acudo al banco privado donde no me hacen hipotecar ni esperar, invertí en una secadora para no regalar el maíz y mi utilidad fue este año del 30%”.

En el sector de Valencia y como otras cercanas a la cordillera, las lluvias intensas han desatado la faena de siembras de cientos de hectáreas de arroz, maíz  y algo de soya.

Venta de semilla
Las empresas semillistas aún no hablan de un despunte de ventas. Consideran que en esta temporada habrá una mayor demanda de maíz y descenso en arroz, porque los materiales existentes no tienen resistencia a los problemas sanitarios que han surgido.