Siempre ha existido preocupación en los agricultores de Guayas, Los Ríos y El Oro para cumplir sus obligaciones con el Banco Nacional de Fomento, y este a su vez por el incremento sistemático de su cartera vencida y castigada. Hemos leído cómo la sequía en la región Costa y las heladas en la Sierra han afectado gravemente a la producción nacional en todas sus áreas, esto constituye afectación por motivos de fuerza mayor o caso fortuito y se encuentra descrito en el literal c) del artículo 123 del Reglamento General de Crédito del Banco Nacional de Fomento, que se refiere a la Condonación de intereses moratorios.

Siendo el Banco de Fomento una entidad financiera de desarrollo, con finalidad social y pública, y ante el desconocimiento de los agricultores de acogerse a este beneficio, que  podría atenuar sus pérdidas, deberían dar las facilidades con una agresiva información y oportuna a este sector bastante afectado por el comportamiento de los fenómenos naturales y que en “las nuevas condiciones de pago” y “reestructuración de créditos” se les considere la condonación de intereses moratorios, sin necesidad de que exista una ley especial del Congreso Nacional.

Lic. Santiago Guerrero Haro
Milagro

Por los problemas actuales de la sequía, el Gobierno está ofreciendo ayudar económicamente a los agricultores, pero debería canalizarlo por medio de obras que perduren. Así, en la región Costa, por obvias razones, cada vez que se otorguen préstamos, se debería asignar parte de los mismos por medio del organismo, en la construcción de pozos profundos en cada predio rústico favorecido con el crédito, aunque tenga ríos cerca o que crucen por su sector, a menos de que se trate de un río caudaloso; y haciéndoles grandes excavaciones en parte del terreno que les servirían de dos formas: para laguna que almacene el agua en el invierno, y convertir la tierra sacada en lomas para ubicar ahí a los animales en las épocas de inundaciones.

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De esta manera, cuando lleguen los problemas de sequía tendrán agua de pozo, y cuando haya problemas invernales tendrán parte del terreno sin inundar.

Ab. Carlos Muñoz Zambrano
Guayaquil