Pérez no desea ser entrenador de marcha; le interesa ser motivador.

Considera que vive una madurez deportiva y también sicológica y aunque son las mejores condiciones para asegurar un cupo en las Juegos Olímpicos de Beijing 2008, el marchista Jefferson Pérez, deja entrever la posibilidad de un retiro dentro de los próximos dos años.

El ganador del trofeo al mejor deportista de Diario EL UNIVERSO (por séptima oportunidad), prefiere ver la cita olímpica desde fuera de las pistas.

“Me gustaría ir (a Beijing), pero estar como observador. Lo disfrutaría más desde afuera que como participante, porque en las competencias se sufre de estrés, ansiedad, pero afuera uno disfruta más todos los deportes. Sería agradable experimentarlo”.

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Pérez advierte que “en el 2004 yo dije que esperaba hacer dos años más de competencia de alto nivel. Creo que es más halagador decir me retiro del deporte y mostrar que aquí queda un nuevo grupo de muchachos que pueden competir y ganar en vez de mí”.

“Ahora vienen el Sudamericano y Panamericano y hay deportistas que pueden ganar sin que yo esté. También se realizará la Copa del Mundo, en mayo próximo”, comentó.

No obstante, el Marchista de oro siente que atraviesa una madurez en resultados deportivos y también personales. “Estoy en una segunda etapa de mi vida, que se inició en el 2002.
Comencé una nueva etapa, ha sido más intensa, más interesante y con mejores resultados, excepto por la medalla olímpica de 1996, que fue en mi primera etapa”.

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El campeón mundial de caminata (20 km.) en Helsinki, confiesa que “está en un proceso de ser más tolerante. “Soy extremadamente exigente con las personas. Siempre estoy buscando que  den lo máximo, y eso a veces es un error mío. Intento ser más abierto a la posibilidad de que no todos tenemos el mismo nivel de exigencia”.

Por eso, Pérez descarta la opción de ser entrenador de marcha, porque “uno debe tener un carácter especial y yo no tengo esas condiciones. Soy extremadamente idealista, exigente.
Me encanta que se trabaje al máximo, pero hoy en día los jóvenes siempre quieren divertirse un poco más cuando llega el fin de semana. No renuncian a ciertos privilegios de tranquilidad emocional y más agradable”.

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Sin embargo, Pérez recalca que él ayuda a los deportista con charlas de motivación y transmite sus conocimientos directamente, como en el caso de Rolando Saquipay.

Y para eso han sido importantes los triunfos, comenta. “Este año fue muy especial. A pesar de que cruzaba un buena etapa de madurez deportiva, tuve una caída en el mes de marzo, una de mis peores marcas en mi historia deportiva. Caí al puesto 52º de la clasificación, un resultado fatal; luego de cuatro meses fui campeón mundial. Con esto no solo le digo a la gente que se levante, también lo demuestro con ejemplos reales”.

Paralelamente, Pérez sigue con su formación académica. “En el 2006 termino mi maestría de Administración de negocios. Trabajo con algunos programas de fundaciones, charlas a compañías y empresas. Me agrada hacer todo esto”, confiesa Jeff.

Por eso, el retiro forma parte de su plan de vida. “Decir que me retiro del deporte y decir que aquí queda un nuevo grupo de muchachos que pueden competir y ganar en vez de mí, es más halagador que continuar”, manifiesta.

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Jefferson recuerda cuando hace 20 años competía en torneos nacionales de caminata contra solo cuatro o cinco atletas, sin ningún periodista y lo compara con el presente: “Ver a 25 deportistas y a varios medios de comunicación haciendo la cobertura es bonito y bueno para todos. Nos demuestra que estamos cambiando y mejorando de a poco, pero aún seguimos en un proceso de aprendizaje que involucra a deportistas, dirigentes, periodistas y autoridades”.

ECOS DE LA CENA

Washington Muñoz, recordada figura de Barcelona y la selección ecuatoriana de fútbol, se sorprendió al recibir de manos de José Luis Contreras, presidente de Fedeguayas, la medalla dedicada al combinado nacional que clasificó al Mundial de Alemania 2006.

Andrés Gómez no pierde vigencia y sigue siendo un ídolo entre los deportistas, sin importar que no practiquen tenis. Luego de la cena, decenas de atletas de la nueva generación quisieron tomarse una fotografía de  recuerdo con el Zurdo de Oro de tenis nacional.

Jefferson Pérez fue uno de los últimos en servirse la cena, porque tuvo que atender requerimientos de la prensa y someterse a las sesiones fotográficas. Una vez que disfrutó de la comida y el postre, el marchista olímpico volvió a ser solicitado por los periodistas.

Los triatlonistas María Fernanda Naranjo y Jonathan Trujillo no desaprovecharon la oportunidad para tomarse fotos con el bicampeón mundial de marcha, Jefferson Pérez. Lo mismo hicieron con  deportistas de otras disciplinas que fueron homenajeados.

El billarista Javier Terán fue uno de los más animados en la mesa que compartió con los tiradores olímpicos Juan Diego Moscoso, Óscar Pabón, Jaime Silva y Luis Vargas, y con el boxeador Beber Espinoza, todos ganadores de oro en los Juegos Bolivarianos.

La camaradería entre deportistas homenajeados fue evidente en la cena. Seledina Nieves y Julio Arteaga bromeaban con sus compañeros Ricardo Flores, Luisana Villagrán, Silvia Cazar y Johana Montalvo, todos de la disciplina de halterofilia.

Hubo ausentes en la cena. No pudieron venir el billarista Luis Aveiga, quien tuvo problemas de último momento; mientras que la corredora Sandra Ruales envió un representante ya que ella no se encontraba en el país.