Jefferson Pérez se convirtió, con siete triunfos, en el máximo ganador del trofeo al mejor deportista del año.

Fue una velada mucho más que especial. De incontables risas, sonrisas, abrazos eternos, encuentros y reencuentros. De evocar añejos recuerdos, de atesorar nuevos sueños, nuevas metas y anhelos. Pero, sobre todo, fue una noche para celebrar.

El ambiente se prestó para ello. La calidez que las tenues luces y la complicidad entre los presentes   le dieron al salón Galápagos del hotel Oro Verde fue el marco perfecto en el que se realizó la XLI edición de la Cena de Campeones de Diario EL UNIVERSO. Fue, una vez más, la tradicional noche de gala del deporte ecuatoriano.

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La ceremonia, sencilla pero emotiva, conducida brillantemente por Jorge Akel, comenzó con la presentación de un video en el que se resaltaron los logros más importantes de los atletas nacionales en las diferentes competencias internacionales en las que participaron durante el año.

Luego, sin más demora, Carlos Pérez Barriga, director de El Mayor Diario Nacional, comenzó con la esperada premiación. Los primeros en recibir sus medallas y diplomas fueron los judocas.

A continuación, mientras en las distintas mesas dirigentes, deportistas y ex deportistas departían alegremente, se galardonó uno a uno a los karatecas, atletas, pesistas, canoeros, nadadores, tenistas, billaristas, veleristas, boxeadores y demás, que brillaron al darle al país varias medallas en los últimos Juegos Bolivarianos, así como en Sudamericanos y Panamericanos de sus respectivas disciplinas.

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La noche avanzaba y ganaba en emotividad. No fue extraño que se produjeran digresiones en el programa para hacer espontáneos homenajes a ex ganadores como Andrés Gómez, Jorge Delgado y Raúl Viver, así como a la Ciudad Deportiva Carlos Pérez Perasso por su primer aniversario.

Lo más emotivo quedó para el final. Fue cuando por cuarta vez consecutiva, y séptima en los últimos trece años, Jefferson Pérez Quezada fue anunciado por Carlos Pérez Barriga como ganador del trofeo al Mejor Deportista del 2005.

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Jefferson, con la serenidad que lo caracteriza, recibió su premio con una sonrisa que apenas permitió adivinar su emoción. Sin embargo, en su intervención, el bicampeón mundial de los 20 kilómetros marcha no solo exteriorizó sus sentimientos, sino que con su palabra fácil y aguda motivó a todos para que al concluir el 2006 el deporte ecuatoriano celebre mucho más.

El final llegó con la cena. Y con decenas de fotos, abrazos, besos, autógrafos, sonrisas, buenos deseos, renovadas metas y sueños de éxitos deportivos en el año que viene.

SE VIO EN LA CENA

ATRASOS POR TRÁNSITO
Debido al caótico tránsito del centro de Guayaquil, algunos de los deportistas homenajeados, así como varios dirigentes, llegaron cuando la ceremonia ya había comenzado. Uno de ellos fue el marchista azuayo Rolando Saquipay, quien arribó al salón directamente para recibir su diploma y su medalla conmemorativa.

ALEGRÍA Y CAMARADERÍA
La camaradería fue generalizada en cada una de las mesas, las que fueron compartidas por deportistas de diversas disciplinas y provincias.

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LOS MÁS ANIMADOS
Una de las mesas más animadas fue en la que se ubicaron karatecas y canoeros, quienes desbordaron alegría.

VOLVIÓ JORGE AKEL
Jorge Akel volvió a ser el maestro de ceremonia de la Cena de los Campeones, la cual condujo por casi 20 años.

HOMENAJE AL CHANFLE
Washington Muñoz, directivo de la Ciudad Deportiva Carlos Pérez Perasso, también fue objeto de un homenaje espontáneo de los presentes.