Cuarenta y nueve personas han sido detenidas por participar en un plan para recibir fondos de la Cruz Roja para víctimas del huracán Katrina, que el pasado agosto causó la inundación de Nueva Orleans.

Según informó ayer el departamento de Justicia, el número de detenidos puede aumentar en los próximo días.

De los hasta ahora capturados, 22 son trabajadores de un centro de atención al cliente de una empresa subcontratada por la Cruz Roja, que presentaron solicitudes falsas de ayuda.

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A ellos se les sumaron familiares y amigos, y según declaró el fiscal McGregor Scott, ya se han hallado cerca de $ 200.000 desviados.

Tras el paso de Katrina por Nueva Orleans, el call center  de Bakersfield recibió hasta 16.000 llamadas diarias.

Mientras, préstamos especiales del gobierno federal de EE.UU. -concedidos a pequeños negocios tras los ataques del 11 de septiembre del 2001-fueron a parar a compañías que no justificaron haber sufrido perjuicios financieros por los atentados.

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Algunas de las ayudas otorgadas por la Administración de Pequeños Negocios (SBA) terminaron en restaurantes  de  DunkinDonuts -en nueve estados- o de Subway, entre otras cadenas de comida rápida, según informó el pasado jueves el diario The New York Times.

También fueron a parar a quiroprácticos y otras áreas.

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El informe del Inspector General de la SBA cuestiona la forma en que las instituciones financieras que participaron en este programa concedieron favores, pero no culpa -en general- a los receptores de los préstamos.

Algunos préstamos se concedieron a empresas que alegaron haber resultado perjudicadas aunque sus cuentas no lo reflejaban. En el programa se aprobaron 8.200 préstamos por 3.700 millones de dólares aunque unos 7.000 créditos se concedieron de forma efectiva.