Seis empresas que ocupan el 40% del área destinada para las industrias de Portoviejo están en la zona desde 1998.

La maleza, cerramientos descuidados, candados y cadenas oxidadas, son parte del paisaje del Parque Industrial de Portoviejo creado en 1998 bajo cargo de la Empresa Municipal que lleva el mismo nombre (Empip).

La Municipalidad pretendía en ese entonces convertir una franja de 133 hectáreas ubicadas en las afueras de la capital manabita, en la vía a Montecristi, en el nuevo eje de desarrollo industrial de la ciudad.

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Pero el objetivo solo quedó en simples enunciados. Así lo admiten los mismos administradores de esta área ocupada solo en el 40% por empresas fabricantes de licores, mayonesas, salsas de tomate o centros de distribución de los productos de la heladería Pingüino y Jabonería Nacional.

En total son seis las empresas que mantienen algún tipo de actividad económica al interior del Parque Industrial de Portoviejo. Entre estas se incluye a dos licoreras, una fábrica de pastas de tomate, un centro de recaudación y distribución de basura reciclada y un fabricante de vallas publicitarias.

La falta de servicios básicos como agua potable, telefonía y hasta energía eléctrica impide el desarrollo de esta zona, que poco a poco es ocupada para otros fines como la instalación de moteles.

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También hay unas ocho viviendas colocadas al pie de las fábricas y galpones abandonados por sus dueños.

Desde 1998, cuando se creó la Empip, ya se han vendido 100 de las 133 hectáreas a empresarios que iniciaron actividades económicas, pero que luego se retiraron.

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Los compradores debieron instalar las redes de agua potable, alcantarillado sanitario y el cableado de luz eléctrica y teléfono.

“Esto es el resultado de un sinnúmero de malas administraciones.
Este proyecto fue concebido sin planificación y un ejemplo de ello es que han pasado siete años y la zona no se desarrolla”, manifestó Byron Izquierdo, actual gerente de la Empip.

Esta empresa municipal recauda un promedio de 180 mil dólares anuales por concepto de los impuestos que el Cabildo cobra a los empresarios instalados en el cantón.

Pero el 85% de los fondos se destina para pagarle los sueldos de catorce empleados de la Empip y otros gastos corrientes como la luz y teléfono.

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El presidente de la Cámara de Comercio de Portoviejo, Mario Fidel Suárez, cree que la falta de infraestructura básica desalienta la inversión. “Si usted compra un terreno, al menos pide que le garanticen los servicios básicos, algo que no acontece en el Parque Industrial”, recalca.

INSTALACIONES

CONSTRUCCIONES
El abandono de la zona ha propiciado la construcción de viviendas particulares o la utilización de los terrenos adquiridos a la Empip con
fines no industriales como moteles.

SIN COMERCIALIZAR
Se conoció que la Empip no comercializa por el momento los predios ubicados en las 33 hectáreas, que aún faltan por vender hasta culminar un diagnóstico de lo realizado en enero próximo.

ACCESOS
A más de la falta de servicios básicos la mayoría de los accesos es de tierra.