La fiscal general de Ecuador en funciones, Cecilia Armas, afirma que fue un "error" pero "no un delito" haber conversado telefónicamente en abril pasado con el ex presidente Abdalá Bucaram, y anunció que no renunciará al cargo.

En una entrevista que publica hoy el diario El Comercio, Armas habla de la conversación que le ha valido numerosas críticas de sectores políticos, pues se produjo poco después de que ella misma recordase a la policía que estaba en vigor una orden de prisión contra el ex gobernante, que está asilado en Panamá.
"Reconozco mi error, como humana, pero en todo caso ingenua no soy y tampoco tengo malicia. Los humanos cometemos errores y la mayoría de buena fe. Cometí una equivocación, pero no un delito", dijo la fiscal general en funciones.
Arias dijo que no piensa renunciar ni que tampoco teme ser destituida en un juicio político en el Parlamento. "Sabemos que esto ha sido montado por una parte que se siente afectada", anotó.

El contenido de la conversación telefónica Arias-Bucaram fue conocido este mes gracias a una grabación entregada por allegados del ex presidente a la justicia.
Bucaram, que afronta en Ecuador procesos judiciales por delitos de corrupción en su corta administración de seis meses entre 1996 y 1997, le preguntó a Armas en ese diálogo si ella había ordenado su detención.

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La situación jurídica de Bucaram en abril, cuando tuvo lugar la conversación, no estaba clara, pues Guillermo Castro, que presidía la Corte de Suprema en los últimos días del Gobierno de Lucio Gutiérrez, destituido en abril pasado por el Parlamento, anuló los juicios contra el ex gobernante.

Tan pronto Gutiérrez fue destituido, Armas envió una comunicación a la Policía en la que recordaba que las providencias de Castro no habían sido ejecutadas, por lo que estaba en vigor la orden de prisión contra Bucaram, quien abandonó el país y se volvió a asilar en Panamá.