Magdalena Barreiro dejó ayer el Ministerio de Economía, luego de cuatro meses de una gestión. Durante ese tiempo, las relaciones del Gobierno con los organismos internacionales mejoraron, pero a la vez se profundizaron las críticas de los gobiernos seccionales, principalmente del alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot Saadi.

“No podría decirle cuánto pesa (la presión de Nebot). No sé cuál es la relación del señor Nebot con el Presidente de la República. Pero diría que si en mi salida pesan las amenazas del señor Nebot, estamos en un país que todavía se maneja como una hacienda privada. Y eso sería verdaderamente penoso”.

Criticó la posición de otros políticos que defienden los intereses personales, pero no nacionales.

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Manifestó que durante los últimos dos meses y medio no ha podido hablar con el jefe de Estado, Alfredo Palacio, y dijo desconocer los motivos.

“Él me ha agradecido, no me ha dado ninguna razón. Y como es obvio, al buen entendedor pocas palabras”, indicó.

Destacó que deja cerca de $ 1.000 millones para un plan de reperfilamiento de la deuda y recomendó prudencia al nuevo ministro.

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Anunció que deja pendientes dos temas para su sucesor: el manejo de la deuda externa pública y la prudencia en el gasto del presupuesto del 2006.

“No hay que ser tan pesimistas”, señaló, al ser consultada sobre una posible crisis económica en el próximo año por un incremento del déficit presupuestario de $ 400 a $ 800 millones.

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El nuevo ministro de Economía, Diego Borja, viajó anoche desde Chile para acudir a la ceremonia de posesión. Borja que se desempeñaba como asesor presidencial, es un empresario quiteño, tiene 40 años,  un masterado en Economía y un diplomado en Alta Gerencia.