El domingo 11 del presente mes, EL UNIVERSO publicó una foto de mi padre encabezando un artículo sobre la corrupción, lo cual me obliga a realizar los siguientes comentarios, que los hago solo por tratarse de  un Diario serio y de bien ganado prestigio.

Concretamente, el autor del artículo en su “reseña” o “galería” de varios casos de corrupción omite hacer comentarios del estado actual de la causa, que es lo que verdaderamente importa. Dicho autor no se ha preocupado en señalar que una cosa fue el escándalo, la denuncia, y otra, los elementos que constan en el proceso. No hace diferencia entre lo que fue la denuncia inicial y lo que los abogados llaman los autos.

Como usted bien conoce, toda causa se inicia con una demanda en lo civil o una acusación en lo penal. Solo aquello que consta en el proceso existe para la justicia. Los jueces juzgan las cosas por las pruebas en el proceso al margen del chisme, la calumnia o el susurro malintencionado. Lamentablemente en el artículo del Diario de su acertada dirección eso es precisamente lo que no se comenta. No en vano un conocido aforisma legal establece que “lo que no está en el proceso no está en el mundo”.

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Para ilustrar lo que menciono basta señalar que el artículo no indica, por ejemplo, la nota que EL UNIVERSO publicó el domingo 11 de julio del 2004, que acompaño a esta carta, y que hace referencia a que el informe definitivo o final de Contraloría de abril 16 del 2004 no establece responsabilidades civiles o penales en contra de mi padre.

No pido que no se informe sobre el caso. Lo que solicito es que con la misma atribución y derecho de informar, que es consustancial al periodismo, se haga un trabajo completo y profesional de manera que la opinión pública esté en pleno conocimiento de los hechos.

Le agradecería la publicación de esta misiva, que es una respuesta de la familia a una acusación infame.

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Pilar Emanuel
Guayaquil