Desde las 11h00 empieza un desfile de transeúntes y carros en la Seis de Marzo en busca de un año viejo.

Los personajes de series y películas animadas, los episodios de la crisis política del país y el escándalo del notario José Cabrera convergen en un solo escenario por esta época.

Están en los portales, las veredas y bodegas de la calle Seis de Marzo, dando muestra del ingenio y la habilidad de los artesanos a la hora de elaborar monigotes. Los muñecos, hechos de papel, cartón y madera, copan la vía, en medio de la aglomeración de personas y del intenso tránsito vehicular, que se incrementó desde ayer a partir de las calles Febres Cordero hasta General Gómez.

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El vigilante Édgar Barahona lo reconoce. Mientras controla que los carros no permanezcan estacionados en la vía, dice que reforzará su labor con cuatro uniformados más.

El ajetreo es intenso a dos días de que termine el 2005. Familias y estudiantes empiezan –desde las 11h00– un recorrido por la Seis de Marzo en busca de un año viejo y de precios módicos, para mandar a elaborar un monigote del amigo o pariente elegido.

En el local de Gastón Peralta, en Gómez Rendón y Seis de Marzo, los pedidos no se han hecho esperar. La fotografía de un hombre calvo, con amplias entradas en la frente y bigote negro cuelga de la pared, mientras los ojos del artista recorren cada facción y sus manos dan forma a una careta de papel con su rostro.

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Es un oficinista de una empresa que prefiere no revelar y por el que sus compañeros pagarán 120 dólares.

Es martes y mientras él engoma trozos de papel y Hulk se pelea con un Hombre de Piedra en la esquina de su taller, uno de sus compañeros de labores da los últimos retoques a un Chicken Little, el popular pollito de la película del mismo nombre.

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Es uno de los recientes personajes que apareció en la Seis de Marzo y en el que fabricantes como Fanny Cepeda, Carlos Zaldumbide  y Ana Luisa Álvarez invierten sus últimos tarros de pintura.

“Está de moda y se vende bien”, dice Zaldumbide, quien ha vendido 24 de  estos monigotes (de 1,53 de alto) en su taller de Brasil  y Seis de Marzo.

No tienen un precio fijo porque varían de acuerdo con el cliente. “Si es de plata se le pide 35 o 40 dólares, pero si es de clase media 25”, confiesa.

Junto a su taller, su hermana Maritza Zaldumbide acomoda los ‘billetes’ de 5 y 50 dólares al monigote del fallecido notario Cabrera. El personaje llama la atención de Alejandro Ormaza y Jesús Álvarez, estudiantes del colegio Edmundo López Domínguez. Buscan un año viejo para quemarlo en su plantel y, aunque Cabrera les arranca una sonrisa, prefieren un héroe de ficción.

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De esos sobran. Batman, Spiderman, Mr. Increíble, El Hombre Elástico y el Hombre de Fuego. En distintos tamaños, de 50 centímetros a dos metros. Pero también están otros que concitan las miradas de los transeúntes. Está el derrocado presidente Lucio Gutiérrez, con la nariz larga y ropa de presidiario; y el mandatario Alfredo Palacio, con un corazón en su mano izquierda y un serrucho en la derecha.

Pero los precios no convencen a todos. Jonhson Martínez y su esposa, Patricia Montero, buscaban –junto a sus tres hijos– un Doraemon, pero no estaban dispuestos a pagar más de 10 dólares por él.

Ignacio Ruiz, en cambio, argumenta que  es el precio del arte y que  el negocio no es del todo bueno este año. Ha vendido 30 muñecos esta semana, pero aún no hace cuentas.

Quienes sí las hacen son los vendedores de canguil, llapingachos y discos que aprovechan el flujo de vehículos y el apetito de los visitantes para ofertar sus productos. Permanecen allí hasta las 23h00, cuando el movimiento en la Seis de Marzo aún está lejos de apagarse.

300 DÓLARES
Es el costo del monigote más caro que se  expende en la calle Seis de Marzo. Se trata de un Hulk y un Hombre de Piedra gigantes. Los demás fluctúan entre 10 y 200 dólares.

50 QUINTALES
de papel periódico se han empleado –en promedio– en los talleres de Seis de Marzo para elaborar los monigotes. El Hombre de Piedra es el que más material ocupa.