Enrique Lucas Álvarez Castillo, conocido como Moscovita, dejó de existir a los 85 años. Ayer, en su casa ubicada en Noguchi 2212, el volante ídolo de Emelec en la década del cuarenta falleció tras múltiples dolencias derivadas de la diabetes con la que batalló en los últimos 44 años.

Entre recuerdos y tristeza sus hijos velan el cuerpo de Moscovita Álvarez en su domicilio. Su sepelio será mañana en el cementerio general.

Entre quienes acudieron a visitar la casa de   Moscovita estuvo uno de sus hermanos, Alfredo Romero Castillo, quien rememoró que el apodo de Enrique Álvarez surgió por una confusión. “Nosotros lo llamábamos la Escobita Bruja”, en el barrio de Boyacá y Luis Urdaneta, donde nació el 18 de octubre de 1920.

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Sin embargo, “después cuando comenzó a jugar la gente se confundía y en lugar de decirle Escobita lo llamaban Moscovita y desde allí se quedó con ese apodo”.

El recuerdo de Romero cesa. Vuelve el silencio en la sala donde hay pocas personas, porque ayer, en medio de los ajetreos de fin de año y las bromas del Día de Inocentes, “casi nadie se ha enterado del fallecimiento”, comentó Antonio (hijo).

Moscovita fue contratado en 1945 por el Lanús argentino. Luego regresó a Emelec y de allí pasó al Santa Fe de Bogotá en la época del Dorado colombiano, donde fue una estrella entre figuras como los argentinos René Pontoni, Héctor Rial (que luego militó en el Real Madrid). También estuvo en el Audax chileno.  Jugó las copas América de 1942, 1945 y 1947. Moscovita se retiró en 1955 en el fútbol de EE.UU.