El Ejecutivo analiza mecanismos para propiciar una reforma política a pesar de que el Parlamento y el Tribunal Supremo Electoral (TSE) le han bloqueado la posibilidad de un referendo para instalar una Asamblea Constituyente.

El jefe de Estado, Alfredo Palacio, no cesará en sus intentos por lograr una reforma política, como prometió al asumir el cargo en abril pasado, cuando anunció que iba a "refundar el país", dijo hoy el Secretario de la Administración de Ecuador, José Modesto Apolo.

"No vamos a defraudar, el pueblo quiere cambios y el Gobierno va a seguir luchando por esos cambios", dijo Apolo en Ecuavisa.

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El Parlamento y el TSE ya han negado al Ejecutivo en más de una oportunidad la posibilidad de convocar a una consulta popular.

En ese referéndum, Palacio pretendía preguntar a la población sobre la conveniencia de instalar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Carta Política, algo que la mayoría de los cien diputados del unicameral Parlamento ecuatoriano, no está dispuesta a aceptar.

"Se están estudiando otras alternativas", dijo Apolo al adelantar que las fórmulas para la reforma política podrían estar listas para el primer trimestre de 2006 pues "la reforma política es un compromiso de Gobierno del presidente Palacio".

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Añadió que el jefe de Estado "se ha comprometido a que las próximas elecciones no se realizarán bajo el mismo estatuto electoral".

Más de ocho millones de ecuatorianos acudirán en octubre próximo a las urnas para designar al sucesor de Palacio que, en enero del 2007 deberá dejar el cargo al que accedió por mandato del Parlamento en abril pasado tras la destitución de Lucio Gutiérrez del poder.

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Los legisladores destituyeron a Gutiérrez con el argumento de que había "abandonado" el cargo, pese a que aún estaba en funciones en el palacio presidencial de Carondelet, sede del Ejecutivo.

Gutiérrez está ahora preso en el penal de máxima seguridad del país acusado de atentado contra la seguridad del país por unas declaraciones que realizó en junio pasado en Estados Unidos.

El ex presidente dijo entonces que desconocía la autoridad de Palacio, a quien tildó de "traidor" y acusó de haber propiciado un "golpe de Estado".