La Cancillería mexicana hizo un llamado de apoyo a países europeos y  latinoamericanos.

El Congreso de México pidió el lunes pasado a los parlamentos de España, Portugal y los países latinoamericanos que rechacen la construcción por parte de EE.UU. de muros en su frontera sur para impedir el ingreso de inmigrantes.

En una carta enviada por el presidente de la Cámara de los Diputados mexicana, Heliodoro Díaz, se hace un llamamiento a la “unidad entre parlamentos iberoamericanos” para compartir la “preocupación y condena” de México al respecto.

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“Me permito solicitarle que, en un acto de unidad entre parlamentos iberoamericanos se exprese la más amplia solidaridad con el Congreso mexicano, a fin de que se impida la construcción de un muro en la frontera de EE.UU. con México y la aprobación de la ley que lo impulsa”, dice la carta.

La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó a mediados de este mes una enmienda que prevé la construcción de muros en varios puntos de la frontera con México para obstaculizar la entrada clandestina de inmigrantes.

El documento también se envió a los órganos legislativos de Cuba y Venezuela, pese a que el presidente mexicano, Vicente Fox, ha tenido  algunas diferencias con sus homólogos de esas naciones.

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El canciller mexicano Luis Ernesto Derbez habló el lunes pasado con el subsecretario de Estado de EE.UU., Robert Zoellick, del disgusto de México, compartido por algunos países latinoamericanos, por el proyecto.

Ninguno de ellos formuló un comentario público sobre el encuentro realizado  en la residencia de Zoellick, en la región de Northern Virginia.

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El proyecto de construir el muro ha empeorado las de por sí delicadas relaciones entre EE.UU. y México.

Si se concreta, el muro fronterizo probablemente será el más largo del mundo, dado que el que construye Israel para separarse de los territorios ocupados tendrá  unos 700 km.
Guatemala y Venezuela también han protestado por la iniciativa, y México pretende reclutar a Colombia, la República Dominicana y  otros países de Centroamérica  contra el proyecto.

El presidente cubano Fidel Castro se sumó a la protesta y solicitó a Europa condenar a Estados Unidos por pretender levantar un muro en la frontera con México, donde cada año cientos de inmigrantes pierden la vida.

El muro prevé cubrir 1.100 km de los más de 3.000 km que tiene la frontera común de ambos países.

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Su costo se calcula en casi un millón de dólares el kilómetro, lo que significaría  algo más de $ 1.000 millones, una obra que tardaría “un par de años”, según John Keeley, director de comunicaciones del Centro de Estudios de Inmigración, una organización que promueve la restricción de la entrada de extranjeros a EE.UU.

La ley provocaría efectos sumamente negativos para nuestros países, tales como el criminalizar la migración, lesionar los derechos humanos de quienes emigran, exacerbar el racismo en contra de las minorías y contravenir diversos acuerdos logrados a través de los tratados de libre comercio vigentes.
Carta del Congreso de México

A nadie en el Senado parece irritarle el proyecto. La idea es muy nueva y ha recibido un apoyo sorprendente.
John Keeley
Director de Comunicaciones del Centro de Estudios de Inmigración de EE.UU.