“Quisiera con honestidad que esta serie grite por sí sola, se manifieste, denuncie, toque la sensibilidad del espectador”, comentaba     Carlos Mora Hoyos en el catálogo de  su muestra   de fotografías Homenaje vegetal, que presentó en el Museo Municipal, del 9 al 30 de noviembre pasados.

Fue uno  de sus últimos comentarios escritos y también su última exposición. Mora falleció, víctima de un derrame cerebral, la tarde del pasado sábado, a la edad de  47 años. Sus restos fueron cremados y las cenizas permanecen en poder de su familia.  Fotógrafo y pintor nacido en la provincia del Azuay, en 1958,  Mora residía en Guayaquil desde los 14 años, donde desarrolló  una intensa actividad laboral y artística.

Realizó estudios de Comunicación Social en la Universidad de Guayaquil. Trabajó  en el Museo Municipal y en el Banco Central (BC).  Participó en publicaciones efectuadas  por el BC  y el Museo Nahim Isaías.  Sus  fotografías integran  la muestra Umbrales del arte en el Ecuador,  del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo.

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Hizo   aproximadamente  20 exposiciones,  individuales y colectivas. En la última exhibición, él narraba su trayectoria en un  catálogo. La mirada a la obra de Mora se completaba con los comentarios de Melvin Hoyos, director de Promoción Cívica y Cultura Municipal (afirmaba que para este artista  la fotografía no era  un fin, sino uno de los medios a través de los cuales se expresaba), y de la periodista Lola Márquez.

La  última muestra, como el propio Mora  la definía,  era “un homenaje al árbol, a la mujer, un grito desesperado, una queja en el vacío”, y una indagación sobre el qué de común tenemos la naturaleza y los humanos. 

Se alistaba para presentar esta misma exposición en las instalaciones del Centro   Alemán, el próximo mes de enero. Una muestra  que se cumplirá porque ese era el deseo de su padre, dijo Carlos Mora Quiroz, uno de los tres hijos del fallecido fotógrafo. Sus otros dos hijos son Ruth y Eli Mora Quiroz.