Todavía ni siquiera se anuncia si el Municipio ampliará las regulaciones que prohíben quemar los monigotes en ciertas calles y sectores. El Cuerpo de Bomberos es el único que informó ya que impedirá que se prenda fuego a muñecos de tamaño gigante.

Hay quien considera que no se debe dar mayor importancia a este problema puesto que la contaminación se produce una sola vez al año. Es un criterio tan equivocado como creer que no tiene importancia que alguien lance a la calle una sola botella de plástico. Los malos ejemplos se repiten con facilidad, sobre todo cuando las autoridades adoptan una actitud complaciente. Por eso es tan importante aprovechar las fiestas de fin de año para educar a la población en el sentido de que debemos restringir la emisión de gases vinculados con el calentamiento global del planeta.

La tradición de fabricar muñecos merece apoyo, por supuesto, pero con ingenio y creatividad se podrán encontrar otras maneras menos dañinas de continuar con esta forma de arte popular.