El mundo recordó este lunes la furia desatada por una gigantesca marejada tras un sismo que dejó hace un año al menos 216.000 muertos en 12 países del océano Indico, en una de las peores tragedias naturales registradas en la historia.

Desde la destruida provincia de Ache, en Indonesia, hasta los paraísos turísticos de Tailandia, las exuberantes selvas de Sri Lanka y las aldeas de pescadores de la India, los dolientes se reunieron en conmemoraciones oficiales y en pequeñas ceremonias personales.

En Ache, la más cercana al sismo que generó las olas gigantes y donde se recibió casi el total del impacto de las mismas, el presidente Susilo Bambang Yudhoyono hizo sonar una sirena de alerta, al cumplirse exactamente un año en que la primera ola barrió la playa.

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"Fue bajo el mismo cielo azul, exactamente hace un año, que la madre tierra desató su poder más destructivo sobre nosotros", dijo Yudhoyono. El ataque se inició con un potente sismo, pero... ese fue solamente el preludio de la espantosa catástrofe.

En Sri Lanka, el presidente Mahinda Rajapakse se reunió con sobrevivientes cerca del sitio de un letal accidente de trenes.

En Tailandia, algunos aldeanos se negaron a tomar parte en las ceremonias, indicando que los rituales eran costosos, y el único propósito era atraer a turistas y hacer quedar bien al gobierno.

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En la India, miles asistieron a un servicio de varias creencias religiosas en una iglesia del siglo XVIII.

Por otra parte, Suecia, Alemania, Finlandia y Noruega figuraron entre los países europeos donde se realizaron ceremonias en homenaje a sus ciudadanos muertos en el tsunami. La enorme ola mató en Tailandia a más de 2.400 extranjeros, muchos de ellos turistas europeos.

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Hace un año, un terremoto de magnitud 9, el más potente de las últimas cuatro décadas, estremeció el lecho marino cerca de la isla de Sumatra, desplazando miles de millones de toneladas de agua y generando olas de 10 metros de altura que se diseminaron por todo el Océano Indico a velocidades subsónicas.

El tsunami barrió con poblaciones enteras en Ache y Sri Lanka, borró cinco centros vacacionales de cinco estrellas en Tailandia y alcanzó a las comunidades costeras de India y Africa con una fuerza incontenible.

Fue tan brutal, tan rápido y tan grande, que todavía hoy somos incapaces de comprenderlo en su totalidad, dijo el secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, en un mensaje en vídeo presentado durante la ceremonia en Ache.

Al menos 216.000 personas murieron o desaparecieron bajo las aguas, de acuerdo con datos obtenidos por The Associated Press a partir de cifras de agencias de gobierno y de ayuda en cada una de las naciones afectadas. La ONU, por su parte, estima al menos 223.000 muertos, e indica que algunas naciones todavía se encuentran en proceso de actualizar sus informaciones.

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