Sobrevivientes del tsunami y los parientes de los muertos se reunieron desde el pasado sábado en una sombría víspera de Navidad en la isla tailandesa de Phuket, dejando flores y rezando por la pérdida de sus  seres queridos en el primer aniversario del desastre que asoló la región. Hoy continúan las recordaciones por esta tragedia.

Desde el pasado sábado unos 150 noruegos se unieron por una misa cerca de la playa Kata, en honor a los compatriotas muertos.

“Tailandia es un país cálido, donde brilla el sol y hay palmeras. Pero para  algunas personas es un lugar frío por las pérdidas que sufrieron”, dijo el sacerdote Rune Birkeland.

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La misa de Phuket fue la primera de muchos eventos que habrá en la región mientras el país se preparaba para hoy, día dedicado a las conmemoraciones por el primer aniversario del desastre.

Al menos se prevé que 10.000 personas asistan en Tailandia a las ceremonias que se celebrarán en las provincias afectadas por el tsunami, donde murieron más de 2.000 turistas extranjeros.

El jefe de la delegación británica colocó una corona en el Muro del Recuerdo en el cementerio de Mai Khao, donde descansan al menos 700 víctimas del tsunami.

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En Khao Lak, donde ocurrió la mayor parte de las muertes, los gitanos del mar Moken lanzaron un bote con incienso y flores al océano para alejar a los espíritus del mal y atraer la buena suerte.

Peter Pruchniewitz, de 68 años, quien fue arrastrado por el tsunami desde su habitación de hotel y perdió a un amigo por la tragedia, regresó desde Suiza, para asistir a las ceremonias.

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Sobre por qué había vuelto, un año después de la tragedia, Pruchniewitz dijo llanamente: para recordar.

Una ceremonia religiosa privada en memoria de las víctimas británicas y un par de vigilias con velas estaban previstas la noche del sábado, en la isla cercana de Phuket.