Grupos de guerrilleros mataron el lunes a 10 policías y soldados iraquíes en distintos ataques al norte de Bagdad, mientras se registraron cinco grandes explosiones en la capital que dejaron al menos ocho muertos.

Fue uno de los días más sangrientos desde las elecciones del 15 de diciembre, que se desarrollaron en forma mayormente pacífica. Hacia la noche, al menos 20 personas habían muerto y más de 40 resultaron heridas.

En la capital, cinco personas murieron y 15 resultaron heridas cuando explotaron cuatro coches bomba en forma sucesiva durante la mañana, mientras los civiles se dirigían a sus trabajos, dijo el Ejército estadounidense.

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Más tarde, una motocicleta cargada con explosivos estalló en un mercado de un
vecindario chiíta de Bagdad, provocando la muerte de al menos tres personas e hiriendo a otras 23, informó la Policía.

En la segunda mayor ofensiva contra los efectivos de seguridad iraquíes en cuatro días, los guerrilleros asaltaron un puesto de control de la Policía cerca de una base de las fuerzas especiales del Ministerio del Interior al norte de Bagdad, matando a cinco policías e hiriendo a cuatro.

El ala de Al Qaeda en Iraq reivindicó el ataque y dijo que mató o hirió a los 20 policías presentes, a diferencia de lo que indicaron los reportes policiales.

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El ataque parecía haber sido cuidadosamente planeado y perpetrado.

Los agresores bajaron de un pequeño autobús a primera hora de la mañana y comenzaron a disparar morteros y lanzagranadas contra el puesto de control de Buhriz, un pueblo ubicado a unos 60 kilómetros de la capital iraquí, dijo la Policía.

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Cuando se acercaban, también comenzaron a arrojar granadas de mano.

Al menos seis guerrilleros fueron abatidos en los enfrentamientos posteriores, que duraron varias horas, dijo la Policía.

El grupo armado colocó bombas en un camino importante que lleva al puesto de control, lo que demoró la llegada de los refuerzos que envió la policía desde la cercana ciudad de Baquba, dijo la Policía.

"Nos atacaron de todos lados", dijo un oficial de policía en el lugar de los hechos y agregó que vio al menos 10 guerrilleros muertos.   

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BLANCOS FRECUENTES
Más al norte, en el pequeño pueblo de Dhabab, un grupo armado mató a disparos a cinco soldados del ejército iraquí en ataques separados, pero aparentemente coordinados. Los efectivos murieron cuando partían para sus trabajos o en sus rutinas diarias de la mañana, dijo el Ejército.

En Falluja, un atacante suicida lanzó granadas a reclutas de la Policía en la puerta de un centro de entrenamiento, matando a dos de ellos antes de inmolarse detonando su cinturón cargado con explosivos, dijo la Policía.

El área ubicada al noreste de Bagdad, especialmente la provincia de Diyala, donde ocurrieron los ataques del lunes, es conocida por los frecuentes brotes de violencia, que incluyen asesinatos de personas vinculadas con las fuerzas de Estados Unidos.

Estos ataques se producen poco después de un asalto parecido contra un puesto del Ejército iraquí que tuvo lugar en la madrugada del viernes pasado, cuando un grupo de insurgentes disparó lanzagranadas y ametralladoras de calibre grueso, matando a 10 soldados e hiriendo a otros 20.

El gobernador de la convulsionada provincia de Diyala resultó herido el lunes en un intento de asesinato, cuando una bomba casera escondida en un quiosco de cigarrillos explotó cerca de su automóvil, dijo un funcionario.

Su chofer también resultó herido y uno de sus asesores falleció. Al Qaeda reivindicó el ataque.

La violencia en Iraq ha aumentado en los últimos días después de una pausa durante las elecciones del 15 de diciembre, gracias a una tregua informal de algunos grupos insurgentes de árabes sunitas y de la estricta seguridad.

En el día de Navidad, al menos cinco iraquíes y dos soldados estadounidenses murieron en explosiones de coches bomba y ataques con morteros.
(Reporte adicional de Faris al-Mehdawi en Baquba y Aseel Kami y Gideon Long en Bagdad)