El viernes, en ‘Revelaciones’, se marcó la diferencia en cuánto al tratamiento de lo que se ha dado en llamar la “guerra de pandillas” en Guayaquil.

En el segmento diario de entrevistas que se transmite por RTS y lo conduce Luisa Delgadillo se entrevistó a Nelsa Curbelo, quien es con mucho una de las personas que más ha trabajado con los jóvenes que pertenecen a estos grupos. La integrante de Ser Paz (la organización que dirige el premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel) estuvo acompañada por dos chicos que prometieron hacer todo lo posible por acabar con los hechos de violencia urbana que se han dado en los últimos días.

El mensaje fue profundo y conmovedor: cada uno de los jóvenes que han muerto nos duelen, es necesario por eso avanzar a una reconciliación, dijo Curbelo... Hay veces en que la TV se convierte en un verdadero medio (como un instrumento de mediación social) para que la comunidad busque sus fines: en este caso el reencontrar el clima de paz en algunas calles de Guayaquil. Cuando eso pasa, es porque la gente de la pantalla abandona sus propios prejuicios y renuncia a estigmatizar.

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Finalmente, prejuicios y estigmas son formas  de negarse a comprender lo que sucede. Es curioso, pero aparte de lo que sucedió este viernes en ‘Revelaciones’, la mejor entrevista a Nelsa Curbelo, la más reveladora, la más sustanciosa, la que mejor nos ha descrito el mundo de las llamadas “pandillas juveniles” apareció hace varios meses en el diario La Vanguardia de España. Eso nos releva de cualquier comentario adicional.

Campeonatos sin cobertura
Es interesante contrastar, también, la cobertura que se dio al reciente campeonato de fútbol que se jugó entre chicos que pertenecieron o pertenecen a las “pandillas”.

La prensa escrita hizo lo suyo, pero en las pantallas no hubo ningún despliegue acorde con la importancia de un hecho tan reivindicativo del espíritu positivos de muchos jóvenes.

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En contraste, apenas apareció el primer muerto en las calles, los reporteros de crónica roja (encabezados por los de ‘El Noticiero’ de TC) ya hablaron de “guerra” y comenzaron a dar lecciones de moral por la pantalla mientras se repetían las tomas de los ataúdes en cuyo interior estaban los cadáveres de dos jóvenes que ni siquiera se sabía a ciencia cierta si eran transeúntes o integrantes de alguno de los grupos en conflicto.