Según Petroecuador, en el 2005 esta empresa obtendrá más de $ 5.250 millones por la venta de petróleo a un precio promedio  de $ 43,20 cada barril. Pero, gran parte de esos recursos  está ya preasignada a sectores, como los municipios.

Aunque el incremento de los precios del barril de petróleo superaron sus máximos históricos en el año que termina, el país casi no sintió esa opulencia.

La razón: casi la mitad de todas las ventas efectuadas por la estatal Petroecuador se destinó a pagos de importación de combustible, a empresas privadas por los trabajos de extracción de crudo y a la restitución de los costos de operación.

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Según estadísticas preliminares de la petrolera, cada barril (42 galones) de crudo se vendió en el 2005 a un precio promedio de $ 43,20: 18 más de lo presupuestado ($ 25).

Los meses de mayor ganancia fueron septiembre y agosto con $ 54,89 y $ 54,57 respectivamente por cada barril.

Las primeras cuentas de Petroecuador revelan que en este año, la estatal obtuvo más de $ 5.250 millones. Aunque el Ministerio de Economía prefiere la cifra estimada en el presupuesto: 4.213 millones.

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Y agrega que casi la mitad de todo lo conseguido se fue a la importación de combustibles y a reponer los  costos de producción. La cifra superará los $ 2.050 millones.

Los mayores gastos serán en la adquisición de diésel y el diluyente para las generadoras térmicas, que en temporada de sequía producen el 60% de la electricidad que consumen los ecuatorianos, además de diésel para la pesca artesanal.

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También se compran naftas de alto octano, que se mezcla con la nafta base que produce la refinería de Esmeraldas, para obtener las gasolinas súper y extra.

Esa realidad ha hecho también preguntarse a las autoridades por qué a pesar de ser un país productor de petróleo tiene que importarlo.

El ministro de Energía, Iván Rodríguez, reconoce que el país no ha tenido bonanza de precios del petróleo porque el negocio no solo era vender crudo, sino derivados (combustibles) y “no podemos meternos en ese mercado porque no contamos con refinerías apropiadas”.

Las tres plantas del país (Esmeraldas, Shushufindi, La Libertad) satisfacen con el 60% del combustible que demanda el mercado interno en condiciones estables, eso quiere decir, sin considerar las importaciones extras de combustible como ocurrió este año, que por la sequía se utilizó más diésel para generar luz, ya que no llovía en Paute.

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Otro factor que impidió ahorrar el dinero del petróleo fue la preasignación (monto distribuido antes de obtenerlo y del cual el Ministerio de Economía no puede disponer) a sectores específicos.

Por esa vía se reparten más de $ 151 millones. Y las áreas beneficiadas son catorce: Banco Central, Corpei, Corpecuador, Fuerzas Armadas (Issfa, FAE, Junta de Defensa), universidades (privadas y estatales). Así como organismos seccionales (consejos provinciales y las provincias del Oriente que se benefician de leyes).

A pesar de existir las preasignaciones, en agosto pasado las provincias de Orellana y Sucumbíos protagonizaron un paro (de diez días) para exigir atención social, paralizando pozos petroleros. Los daños aún no se superan en Petroecuador, que desde esa fecha hasta hoy no logra subir su producción diaria a 200.000 barriles, cifra que tenía hasta un día antes del paro.

Otros beneficiados son los partícipes de la Ley 138 (MOP, Miduvi, Ministerio de Ambiente), Fodesec, Ferum (electrificación rural), Banco del Estado, Banco Ecuatoriano de la Vivienda, IECE, Innfa y Banco Nacional de Fomento.