“No me voy a quedar ahí, esto no es más que mi primera meta cumplida”, comenta a manera de presentación Mónica Jácome, quien dentro de poco se graduará de economista y hace dos meses consiguió trabajo como asistente comercial en la agencia de la avenida Nueve de Octubre de una entidad bancaria.

Esta joven, de 22 años, es parte del grupo de ecuatorianos que consideran que haber conseguido un empleo o alcanzado estabilidad laboral ha sido lo mejor que les ha pasado en el 2005, y que suman el 16% de los consultados por Datanálisis.

“Considero que  este es un buen trabajo y tenerlo a mi edad y con todas las exigencias que la empresa hace, lo veo como un logro importante”.

Publicidad

Mónica dice que para cumplir esta meta,  sus padres y  hermanos son piezas fundamentales: “Ellos se emocionan más que yo, es también un mérito suyo, porque lo ven como un logro de toda la familia”, comenta esta menuda mujer, quien luego de sus pasantías universitarias, laboró tres meses en una financiera y cree que llegó por sus  méritos y sin buscarlo a la entidad bancaria actual, donde tiene un mejor puesto.

“Este  año fue todo de mucho trabajo y de cambios, pasé de una cosa a otra sin mayor proceso de adaptación, pero ha sido fácil y agradable”,  expresa  Mónica pocos días antes de concluir el 2005, que alegre cree: “Ha sido muy bueno, con  excelentes oportunidades  para mí”.

A su preparación académica y  el factor suerte, Mónica atribuye  el estar en el peldaño profesional en el que se encuentra: “Todo resultó en el momento preciso, cuando menos lo esperaba”, comenta emocionada.

Publicidad

Ella ha mirado de cerca el éxito académico también en momentos anteriores, pues ostenta el premio del más alto  promedio del semestre B del 2004 y del A del 2005 en  la carrera de Economía de la Universidad Católica.