Esta semana, en una encuesta realizada por Datanálisis contratada por este Diario, 507 ecuatorianos se refirieron a lo mejor y lo peor que les ha pasado en el 2005.  La unidad familiar, seguir con vida y tener salud, tener un trabajo fijo  o uno nuevo, el nacimiento de otro miembro en la familia, o éxito en los estudios fueron las principales respuestas.  Aunque  el 41,7% dijo que nada le había pasado como para considerarlo lo peor del año, también otros lamentaron haber perdido el empleo (18%), la falta de recursos económicos (8,6%), enfermedades (5,7%) o robos en casa (4,6%).

Unidad en la familia Yupa Coronel

A las once de la noche de un día de invierno en el 2000, Luis Rodrigo Yupa Soria, de 40 años, se levantó de su cama y se dirigió al cementerio Ángel María Canals, del suburbio oeste de Guayaquil.

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Ahí había sido sepultada su madre, Luz María Soria, fallecida por un derrame cerebral. “Yo no sentí cuando Lucho se levantó, y al día siguiente lo vi llorando a mi lado, porque el guardián del cementerio no lo había dejado entrar”, dice Victoria Coronel, su esposa.

Al maestro Lucho, como lo llaman los clientes que le llevan el carro a su taller automotriz para que él lo repare, le afectó mucho la muerte de su madre porque era hijo único y su padre ya había fallecido.

“Yo creía que tenía amigos, pero en aquel momento solo estuvo mi familia dándome valor todos los días”, dice al recordar que gracias a la unidad de sus seres queridos pudo enfrentar también la enfermedad de Victoria, quien se contagió de cisticercosis, y de su gemela Cindy, quien por error tomó veneno de ratas. “Me cayeron todos los males de Job (personaje bíblico reconocido por su fe), no tenía dinero ni para comer, pero lo bueno es que estábamos todos juntos”, dice.

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La unidad familiar, que según el maestro Lucho es el motor para seguir viviendo y lo mejor este año, ocupó el primer lugar, con el 18,90%, en la encuesta realizada por la empresa Datanálisis  sobre lo mejor que les sucedió a los ecuatorianos en el 2005.

“A veces reflexiono y pienso que antes estaba muy solo y ahora me veo rodeado de tanta familia, mi esposa, mis cuatro hijos. Le doy gracias a Dios por eso y por tener dos manos para trabajar”.