Cuando terminó el 2004, Patricia de Guevara estaba deprimida, porque su padre había sufrido un quebranto en la salud y cuatro meses antes habían perdido a un pariente cercano. Para ella y toda su familia, el anterior fue un año lleno de bastantes preocupaciones y también varias tristezas.

Pero comenzó el 2005 y con él, una historia de vida diferente. Un tratamiento médico oportuno le ha permitido a su padre recuperar la salud, hoy está más tranquilo, pero también feliz. Es abuelo. Patricia, que es su hija mayor, tuvo hace cinco meses una niña, que se llama María Emilia, quien –dice su madre– ha llegado para mitigar la tristeza que perturbó a la familia hace un año.

“Cuando terminó el 2004 todos nos sentíamos derrumbados, porque perder la salud de un rato a otro golpea fuerte. Pero considero que  el nacimiento de la niña ayudó a toda la familia. Sobre todo a mi padre, que la quiere mucho y siempre está pendiente de  ella. Sé que  es muy feliz. Siento que la bebé lo ha motivado a seguir luchando por llegar a ser el hombre fuerte que siempre nos protegió”, cuenta Patricia, quien es muy feliz con el nacimiento de su hija, lo que para el 6,20% de personas encuestadas por la empresa Datanálisis es lo mejor que les sucedió a los ecuatorianos en el 2005.

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Pero el nacimiento de María también consolidó más el matrimonio de Patricia y Juan Carlos Guevara, con quien se casó después de seis años de haberlo conocido. Siempre están pendientes de  ella y “siento que  estamos muy unidos. El cuidado de la nena hace que compartamos más tiempo juntos y sinceramente su advenimiento es una bendición no solo para nosotros como pareja, sino para toda nuestra familia que la adora y nos ha motivado a departir muchas cosas”, expresa motivada la señora.