A las 18h55 de ayer, cuando El Nacional saltó a la cancha y  enloquecieron las tribunas, a Óscar Alcívar, el recordado defensa criollo, se le humedecieron los ojos y se le quebró la voz.

“Quiero llorar; estoy emocionado”, dijo y se fue al encuentro con sus ex compañeros. Allí estaban el Flaco Fabián Paz y Miño; La Fiera Fernando Baldeón; Ermen La Pantera Benítez; Luis Augusto Granda; Carlos Correcaminos Ron; Fausto El Camión Correa; Geovanny Alfonso El Pollo Mera; Orlando Nino Narváez; Luis El Chifle Mosquera; Pancho Burbano, Pablo Zaldumbide, Ángel Espinoza y el infaltable Jaime Miño, secretario fundador del club militar, en 1963.

Entre abrazos, bromas, recuerdos y un vaso de cerveza, las glorias del cuadro militar fueron los mimados de un sector de la tribuna del estadio Atahualpa.

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Disfrutaron, pero también sufrieron. “Han pasado los años. Uno se siente extraño en la tribuna cuando ha estado acostumbrado a ser protagonista en la cancha”: las frases de Mera resumían el momento.

Para Benítez fue una noche para recordar a sus “compadres” ya desaparecidos: Carlos El Bacán Delgado y Hans El Alemán Maldonado. “De seguro nos estarán acompañando desde allá, desde la eternidad”. La mirada de Ermen se clavó en la cancha donde su hijo Cristian y sus compañeros luchaban por demostrar a las ex figuras nacionalistas que los nuevos valores han seguido sus pasos... y ahora ellos también son campeones.