Un juez renunció al grupo que faculta intervenir llamadas telefónicas, luego de que George W. Bush autorizó espiar sin orden judicial conversaciones al exterior.

El vicepresidente estadounidense Dick Cheney pidió el pasado martes poderes presidenciales fuertes y robustos, al indicar que el caso Watergate y la guerra de Vietnam habían socavado la autoridad de la presidencia.

Cheney hizo la solicitud en medio de fuertes críticas hechas por varios legisladores en torno a la decisión del presidente George W. Bush de espiar a los estadounidenses para prevenir posibles ataques terroristas. Algunos alegaron que el mandatario se toma atribuciones que la Constitución no le permite.

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Creo en que la autoridad presidencial debe ser fuerte, robusta y creo que el mundo en que vivimos así lo exige, dijo el vicepresidente.

Mientras, senadores demócratas y republicanos indicaron que no se puede ignorar el papel del Congreso, incluso cuando se libra una guerra.

Los demócratas mantuvieron que el mandatario no tenía la suficiente autoridad como para autorizar el programa de espionaje interno.

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Creo que el vicepresidente debe leer de nuevo la Constitución, dijo el senador demócrata por Massachusetts, Edward Kennedy.

Los republicanos dicen que el Congreso debe investigar si Bush actuó dentro del marco legal para permitir que la Agencia Nacional de Seguridad escuchara llamadas internacionales y leyera mensajes de correo electrónico de personas presuntamente vinculadas con Al Qaeda, sin antes obtener órdenes judiciales.

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Espionaje a juez
Mientras, un juez de Estados Unidos, miembro del  tribunal a cargo de autorizar las intercepciones telefónicas, renunció como protesta después de conocerse el programa de espionaje secreto autorizado por el presidente Bush, informó ayer el diario The Washington Post.

El juez James Robertson renunció el pasado lunes al tribunal de  vigilancia de inteligencia extranjera, que lo integraba desde hace once años y que, según él, fue manchado con este escándalo.

Esta renuncia es la última consecuencia de la confesión hecha el fin de semana por Bush, en que reconoce haber autorizado a la Agencia de  Seguridad Nacional (NSA) a espiar sin orden judicial las conversaciones telefónicas y electrónicas entre EE.UU. y el extranjero.

ARISTAS

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Con The New York Times
La Casa Blanca se rehusó el pasado martes a comentar  supuestas presiones que el presidente George W. Bush habría ejercido sobre los  directivos del diario The New York Times para impedir que se publique información sobre escuchas telefónicas extrajudiciales.

Polémico programa
La secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, defendió el polémico programa secreto de su gobierno para espiar a ciudadanos, e insistió en que Estados Unidos es “un país de leyes”.

Ley Patriota
El pasado lunes el presidente Bush también defendió el espionaje telefónico ordenado por su gobierno y urgió al  Congreso a renovar la Ley Patriota antiterrorista, un día después de un  discurso para defender su política en Iraq.

Control a activistas
La policía federal de Estados Unidos (FBI) ha controlado a grupos activistas en temas ecológicos, protección de animales y sociales, según el The New York Times