Un grupo de indígenas provenientes de Otavalo, cantón de la provincia de Imbabura, promociona en la ciudad  su cultura y costumbres ancestrales.

En la época navideña estos ecuatorianos tienen sus propios rituales, que los conservan de generación en generación.

Rafael Pineda Díaz, coordinador de eventos, explicó que para la noche del 24 de diciembre la tradición es rendir homenaje a la pacha mama (madre tierra) con los frutos que brotan del suelo y alimentan a los hombres. Esto como agradecimiento por las cosechas recolectadas a lo largo del año. Las frutas también representan la prosperidad.

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Luzmila Cacuango, curandera de Otavalo, explicó que esta época también es propicia para realizarse limpias espirituales y baños de prosperidad. “Usamos todos los elementos que nos brinda la naturaleza, como las flores, la tierra, hasta el fuego”, indicó. Los resultados que se obtienen, según ella, se ven de inmediato en las personas. “Quedan limpias de toda energía negativa”, señaló.

Uno de los rituales más importantes para ellos es cuando se utilizan animales para que absorban las energías negativas de las personas. “A estas criaturas se las sacrifica para que los seres humanos queden puros. Como consecuencia de toda la carga negativa, los animales mueren”.

A este grupo también se integran indios tsáchilas provenientes de Santo Domingo de los Colorados, cantón de la provincia de Pichincha. Los tsáchilas integran una etnia que también es conocida por sus famosos curanderos. Miembros de las familias Aguavil y Calazacón se  encuentran en Guayaquil dando a conocer los rituales de sanación que aplican ancestralmente. 

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Al momento, los indígenas están en los patios del colegio técnico Simón Bolívar (en la avenida de las Américas) y permanecerán hasta el 31 de diciembre.