Evo Morales,  dirigente cocalero, y Álvaro García,  ex guerrillero, dirigirán Bolivia desde  enero 22.

Al día siguiente de ganar las elecciones presidenciales en Bolivia, el líder indígena Evo Morales expresó: “No es posible que la (hoja de) coca se use para la Coca  Cola y esté prohibida para nosotros”.

Con ello, Morales, quien fue dirigente cocalero, se refirió así a su intención de librar una batalla internacional para sacar a la coca “en su estado  natural” de la lista de venenos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Publicidad

Morales, de 46 años, en su juventud fue pastor de ovejas, ladrillero, heladero, panadero y músico. No alcanzó a terminar la secundaria.
Ahora, como presidente electo, pretende atender las demandas sociales de sus compatriotas, de los cuales el 60% es indígena.

Segundo de tres hermanos de la familia conformada por Dionisio Morales Choque y María Ayma Mamani, Evo Morales ahora parece estar cumpliendo una premonición de su progenitor.

“En un sueño estaba volando, asustado, temblando, me acercaba a las nubes”, comentó Morales, a quien su padre le anunció, tras oír su relato, que le iba a “ir bien en la vida”.

Publicidad

Y fue lejos de Orinoca, a 450 km de La Paz,  de donde salió junto a su familia después de una helada que acabó con la cosecha de papa, donde este aymara inició una vertiginosa carrera sindical.

En Chapare (centro) ingresó en 1981 a un sindicato gracias a su habilidad en el fútbol.

Publicidad

En 1994 fue  máximo líder de la Confederación Única de Productores de Coca.

Tres años después fue elegido diputado por Cochabamba y en 1999 formó el Movimiento Al Socialismo (MAS). En el 2002 se lo expulsó  del Congreso en la presidencia de quien fue su rival en los comicios, Jorge Quiroga.

Ese año se presentó a los comicios presidenciales y quedó segundo con el 22,5% de la votación, superado por Gonzalo Sánchez de Lozada, quien renunció un año después.

‘El cholo y el blanco’
Con Morales estará como vicepresidente el matemático, sociólogo y ex guerrillero Álvaro García, a quien en su país se lo considera como  estratega en el nuevo gobierno.

Publicidad

De 43 años, cinco de ellos en prisión, García palió frases  como “los indios al poder”. Al binomio se lo calificó de  ser el “del poncho y la corbata” o “el analfabeto y el intelectual”.

Profesor universitario, comentarista de televisión y  analista político, integró a fines de los ochenta el ex ejército guerrillero Túpac Catari.

Arrestado en 1992, García pasó cinco años detenido sin ser sometido a un  juicio definitivo.

51.1% de los votos
según resultados extraoficiales, alcanzó Evo Morales en los comicios del domingo pasado.

31.3% logró Jorge Quiroga
en esos comicios presidenciales. Los resultados oficiales se emitirán el 12 de enero próximo.

COMPLEJOS ESCENARIOS

División regional
Según Evo Morales, el voto mayoritario que recibió disipa una división interna en Bolivia.

No obstante, el presidente electo enfrenta la oposición de influyentes sectores civiles con vínculos empresariales en la provincia de Santa Cruz, la más próspera en Bolivia, en donde se ha promovido el sistema de autonomía y hasta la separación territorial del resto de Bolivia. En esta jurisdicción Morales alcanzó el 30% del electorado.

A comienzos del 2005, Santa Cruz inició un movimiento para dotarse de una mayor autonomía ante al poder central de La Paz. Ese reclamo, que halló eco en los departamentos de Beni, Tarija y Pando, podría ser confirmado en un referéndum previsto para el 2 de julio  próximo.

La autonomía busca que estas tengan más libertad para sus recursos.

Contra EE.UU.
Evo Morales anunció ayer que se propone estrechar relaciones con los países latinoamericanos, para fortalecer un movimiento político que frene “la soberbia” de Estados Unidos.

Agregó que mantendrá relaciones bilaterales con EE.UU. “que están bien”, y se comprometió a proteger las inversiones extranjeras en el país.

No obstante, expresó su deseo de que el presidente George W. Bush respete esta voluntad soberana del pueblo (boliviano), manifestada tras “generaciones de chantajes, condicionamientos y sometimientos financieros”.

Advirtió que hará “respetar la soberanía de Bolivia” y espera frenar “cualquier intromisión o imposición” de EE.UU.

Entre dos bandos
La victoria de Evo Morales, por mayoría absoluta según las proyecciones extraoficiales, muestra que los bolivianos, cansados de políticos tradicionales, quieren el cambio.

Sin embargo, este deberá enfrentar escollos para cumplir las ofertas de campaña, como nacionalizar los sectores energéticos.

Una poderosa central de sindicatos, la Central Obrera, ayer ya le puso un plazo de 180 días,  que fenecerá en abril, para cumplir sus promesas electorales.

“La primera acción de Morales debe ser nacionalización sin indemnización y para eso no se necesita ir a consultar a Washington o con el presidente de  Brasil, sino simplemente aplicar el mandato de la Constitución”, advirtió Jaime  Solares, líder de esa entidad.

El futuro del gas
El presidente electo de Bolivia, Evo Morales, dijo ayer que hará ejercer el derecho de propiedad como estado, lo que no significa confiscar ni expropiar bienes de las transnacionales.

No obstante, los grandes grupos multinacionales con  inversiones en las áreas gasífera y petrolera de Bolivia reaccionaron con cautela y disposición al diálogo con Morales, quien en su campaña electoral dijo que nacionalizaría al sector energético.

Bolivia es la segunda reserva de gas de Sudamérica y Morales no especificó ayer en que variará su política respecto de la nueva ley de hidrocarburos que reconoce que esos recursos son de propiedad del Estado tanto en el subsuelo como en boca de pozo.

La coca
Evo Morales tiene en los sembradores de coca una importante base de apoyo; él ha prometido defender y legalizar el cultivo de esta planta  aunque habla de “cero narcotráfico y cero cocaína”.

Morales censuró que la lucha contra las mafias del narcotráfico sea “un falso pretexto para que Estados Unidos instale bases militares”.

A su juicio, las políticas de “certificación” de Washington, que consisten en apoyar económicamente a los países que den muestras de respaldo a su política antidroga, “no han sido ninguna solución”.
“Eso es chantaje de parte del gobierno de Estados Unidos”, expresó el virtual presidente electo.

El académico boliviano Roberto Laserna dijo que en el poder Morales “probablemente intentará moderar” las aspiraciones de los cocaleros.