“Hemos estado en silencio, nosotros no estamos para competir”, refiere el presidente de institución.

El pasado mièrcoles, el Congreso Nacional aprobó la Ley Orgánica de la Casa de Cultura Ecuatoriana (CCE). Uno de los aspectos  controversiales de la ley fue el punto cuarto del veto del presidente Alfredo Palacio, que se refiere al derecho de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) a percibir el 10% del presupuesto de la CCE.

Marco Antonio Rodríguez, presidente de la Casa Cultura Ecuatoriana,  habla sobre los beneficios de la ley, que reconoce la autonomía del organismo. Además, sobre los ingresos del 10% de la ley del antes Feirep y de las prioridades de su administración.

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Pregunta: En la práctica, ¿cómo cree que beneficiará esta ley orgánica de la CCE?
Respuesta: Esta ley le da majestad, respetabilidad, solidez histórica a la CCE, no ingresos económicos. En el caso de los ingresos del antes Feirep, que es la nueva ley orgánica de los ingresos del petróleo en el Ecuador, sí recibiremos un porcentaje. Gracias a esto habrá una verdadera revolución cultural. Los fondos los administrará la CCE con su ley orgánica. Esta ley consolida la autonomía de nuestra entidad. Solo las instituciones  más importantes del mundo tienen leyes orgánicas.

P: ¿Por qué la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) sostuvo que se pretendía restar el 10% del presupuesto que recibe de la CCE?
R: Jamás hemos mezquinado esos 250 mil dólares del presupuesto que la OSN recibe. Pero, desde hoy tendrán que coordinar los proyectos con la CCE, ya que la OSN fue creada por un simple decreto ejecutivo y todas las leyes de ese tipo se subordinan a la ley orgánica, en este caso a la de la CCE. En lo personal detesto toda clase de centralismos, porque represan el adelanto histórico, por tanto creo que el Congreso Nacional debe hacer una ley orgánica para todas las sinfónicas nacionales. Habiendo tantas, la única que recibe esta clase de prebenda de la CCE es la de Quito. Esto es centralismo.

P: La OSN siente que se ha dejado de lado la música por otras artes como la literatura y que no se la tomó en cuenta para la discusión de la ley.
R: Imposible, ya que primero  soy hijo de un músico, por tanto es imposible que un melómano como yo y los 24 núcleos que hacemos la CCE hayamos estado en contra de eso. Lo que hubo son apariciones de un director, al que no conozco, creyendo que íbamos a oponernos. El Congreso se allanó y la OSN seguirá siendo agraciada por este presupuesto que recibe. Tanto es así que a través de esta ley orgánica la OSN pasa a ser parte de la CCE.

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P: ¿Por qué cree que los espectáculos culturales se están alejando de la CCE a otros   espacios como el Ocho y Medio y el MAAC?
R: Tiene razón. En el caso del cine lo que ocurre es que se cerró un año la sala Alfredo Pareja. A Ulises Estrella (director de la Cinemateca) el Ecuador le debe todo lo que está pasando en el MAAC Cine y en el Ocho y Medio. Es el maestro de maestros del cine ecuatoriano. Pero la sala se caía a pedazos y tuvimos que restaurarla. El próximo año se reabrirá y se realizarán festivales magníficos.

Hemos estado en silencio, nosotros no estamos para competir. Las salas de arte temporal están intervenidas, pero salimos la última semana de enero del 2006 con 500 obras de Galo Galecio. Lo que sí hemos estado desarrollando es la línea editorial.

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P: Justamente en una reciente publicación de una revista se dice que la CCE no tiene una política editorial clara, que hoy es una empresa de impresión de escritos.
R: Ni siquiera leí ese artículo y existe una carta del director del Fondo Editorial. Vino a realizar el reportaje un jovencito que no sabe dónde está parado. Alberto Luna Tobar, Jorge Vivanco, Cecilia Ansaldo, Rafael Díaz Ycaza, Jorge Dávila Vásquez, Simón Espinoza, entre otros, han dedicado artículos alabando nuestra línea editorial.

En un proyecto conjunto con el canciller Francisco Carrión, tenemos dos colecciones que se internacionalizarán. Se llaman Memoria de vida (para sacar de los sepulcros a grandes voces) y Poesía junta (que trata de recoger a los mejores poetas vivos que tiene el Ecuador).

Editorialmente con estas dos colecciones honraría mi paso por la presidencia de la Casa de la Cultura. No pretendo más, salvo obtener fondos económicos.