El presidente estadounidense, George W. Bush, reconoció ayer en una cadena de televisión las profundas preocupaciones sobre la guerra de Iraq, pero advirtió que un retiro precipitado de sus tropas en ese país volvería a los terroristas islamistas en el mundo “más peligroso que nunca”.
Bush pidió paciencia por su estrategia en Iraq en su primera alocución en la Oficina Oval desde el anuncio de la invasión para derrocar a Saddam Hussein, en el 2003.
Además, el vicepresidente Dick Cheney realizó ayer una visita sorpresa a Iraq.
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Mientras, la arqueóloga alemana Susanne Osthoff, de 43 años, plagiada junto con su chofer hace más de tres semanas en el norte de Iraq, fue liberada ayer por sus captores.