La designación  del presidente prevé que el Parlamento sea el que lo elija al final,  y no en una segunda vuelta, si un candidato no obtiene mayoría absoluta.

Más de 3,5 millones de bolivianos habilitados para votar podrán acudir a las urnas pasado mañana, pero está claro que ninguno de los candidatos obtendrá el 50% más uno de los votos que lo habilitaría automáticamente para presidir el país.

Al no haber el mecanismo de segunda vuelta en las urnas, es el Congreso electo el que elige al Presidente de entre los dos candidatos más votados. Para ello se requiere el apoyo de la mitad más uno de los 157 parlamentarios elegidos (que son 79).

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Por ello, el 18 de diciembre, si el margen de victoria no es holgado entre el primero y el segundo, el país podría entrar en una fase compleja de negociaciones e incertidumbre.

El ex presidente Jorge Quiroga, el candidato de la derecha que figura segundo en los sondeos, señaló al iniciar la campaña que no acudiría a la ronda final en el Congreso si no ganaba en las urnas. Sin embargo, en recientes declaraciones esa promesa se ha diluido y hoy no se sabe exactamente cuál es su posición.

Evo Morales, el candidato indígena que lidera los sondeos, ha señalado que su partido irá al Congreso para lograr que la segunda vuelta lo designe como Presidente.

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El tercero en disputa, el empresario de posiciones moderadas Samuel Doria Medina, dijo que su bancada apoyará como presidente a cualquiera que gane por cinco o más puntos de diferencia. Caso contrario, sus parlamentarios se abstendrán de votar.

En el sistema boliviano, la segunda vuelta corre a cargo del nuevo Congreso, electo el mismo día de los comicios, que una vez posesionado, debe seleccionar entre los dos  candidatos más votados.

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Lo que se estima es que cada bancada sufragará por su propio candidato y si en tres rondas de votación parlamentaria ninguno de los dos primeros logra el respaldo mayoritario, se elige automáticamente al ganador en las urnas, probablemente Morales según los sondeos. La transmisión del mando está prevista para el 22 de enero.

Las encuestas revelan que será inevitable una decisión parlamentaria, prevista a mediados de enero, para definir el nombre del nuevo presidente, pues Morales tiene una intención de voto del 35% contra 28  a 29% de Quiroga.

El presidente de Bolivia, Eduardo Rodríguez, ha sido vital para la tregua de un país convulsionado durante  todo el primer semestre.

Lo que está claro es que nada está claro y que Bolivia vivirá un fin de año de tensiones y ansiedades.

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