Los iraquíes eligieron ayer su primer parlamento permanente tras la caída del régimen de Saddam Hussein, en unos comicios con gran cantidad de votantes sunitas, lo que aumenta las esperanza de que la insurgencia se apacigüe para reducir la presencia militar extranjera.

Los sunitas acudieron a votar y demostraron que quieren estar presentes en el Parlamento, que será elegido para cuatro años.