El Cabildo afirma que sin denuncias de los vendedores no puede actuar.

Como “actividades camufladas” define el director de Aseo Urbano y Mercados, Gustavo Zúñiga, a la práctica que prestamistas informales -conocidos como chulqueros o usureros- ejecutan en distintos centros de abasto de la ciudad.

Los  financistas entregan créditos a los comerciantes a  un interés diario del 20%, cuando la tasa oficial alcanza el  13,43% anual, valor máximo autorizado en las instituciones financieras, cooperativas de ahorro y mutualistas del país.

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Zúñiga sostiene   que la Municipalidad ya inició  acciones para frenar  este tipo de irregularidades. Según afirma,  los prestamistas que ingresan a la red de mercados se hacen pasar por vendedores. “Prohibimos el ingreso de quienes  entraban a vender artículos varios. Ofrecen ropa, rifas, correas. Esa era una de sus  formas de trabajo”.

Pero el chulco, explica Zúñiga, es un mal de la sociedad. “Está también en otros sectores”, justifica.  “En los mercados están prohibidos los chulqueros, ya hemos encerrado a algunos”, agrega Zúñiga, sin especificar cuántos han sido detenidos.

Según el funcionario,    los prestamistas ingresan “subrepticiamente” a las dependencias municipales. “¿Cómo podemos identificarlos? Si  una persona  está en un puesto conversando con otra, no sabemos si es cliente o un pariente. ¿Cómo podemos actuar? No podemos.  Somos funcionarios públicos”, insiste.

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Para el  presidente de la Federación Nacional de Comerciantes Minoristas (Fenacomin), Juan Boni, al menos el 50% de los más de 18 mil vendedores de la red ha mantenido una deuda con los chulqueros. Los cobros   se realizan a través de una cartilla en la que se lleva un registro diario de los  pagos. 

 Zúñiga reconoce que  las trabas que encuentra el sector al intentar acceder al  sistema financiero regular  incide en la permanencia de la usura en los mercados.

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“Nosotros nos dedicamos a lo nuestro y respetamos  las actividades de los otros. No podemos ir más allá ni convertirnos en entidades financieras. Hemos hablado con la banca,  pero los comerciantes deben estar conscientes de los perjuicios (de la usura)”, añade Zúñiga.

El funcionario señala que, pese a que el Municipio tiene  potestad para controlar esta  situación, la Policía también debería intervenir. “Solo en la Terminal de Transferencia de Víveres (TTV) ingresan de dos mil a tres mil comerciantes al día”.