El Dr. Jaime Velasco Dávila ha dicho que no responderá a las acusaciones de que se reunió con un grupo de jueces y dirigentes políticos para pactar su designación como Presidente de la nueva Corte Suprema de Justicia.

Me atrevería a sugerirle al Dr. Velasco que no guarde silencio sobre un asunto de tanta gravedad. Todavía nos debe una explicación, no a quienes lo acusaron, que quizás sean unos descalificados, sino a todos los ecuatorianos. Porque varias cosas extrañas ocurrieron durante su nombramiento.

Veamos los hechos. Los integrantes de la nueva Corte se posesionaron el miércoles 30 de noviembre a las 11 de la mañana. Al día siguiente, a las 10h00,  en una sesión rapidísima que duró menos de 20 minutos, los nuevos jueces ya habían elegido presidente. El Dr. Velasco estaba tan seguro de su victoria que llevó su discurso de agradecimiento escrito, y un numeroso grupo de amigos, familiares y alumnos dispuestos a aplaudirlo.

Siendo muy inocentes podríamos suponer que de manera espontánea los jueces decidieron, en menos de 24 horas, que el Dr. Velasco, a quien hasta ese momento nadie había mencionado como candidato, era el hombre idóneo. Con el mismo candor podríamos suponer que el Dr. Velasco no fue el único que llevó su discurso escrito y que otros jueces hicieron lo mismo por si las moscas. De ser así, no habría de qué preocuparse. Pero hace rato que los políticos echaron nuestra inocencia y candor al tacho de la basura, así que mejor vamos a suponer que hubo una o varias reuniones secretas, que allí alguien propuso al Dr. Velasco a cambio de promesas que no conozco, y que así se amarró la balsa para que el Dr. Velasco no dudase en acudir a la sesión del miércoles con la fiesta preparada.

-o-o-o-o-

El Dr. Gilberto Vaca renunció a la presidencia del Tribunal Supremo Electoral porque no estaba de acuerdo en la forma que el organismo iba a pronunciarse ante el pedido del Presidente de la República de que se convoque una consulta popular. Por lo visto al Dr. Vaca solo le gusta presidir los organismos que votan como a él le parece. Pero el Congreso fue más radical. El diputado Fernando Torres explicó que como el Tribunal iba a votar de un modo que a su grupo le parecía contrario a lo que manda la Constitución, cortaron por lo sano y cambiaron el Tribunal. Para eso están los organismos del Estado, para que resuelvan lo que a Fernando Torres le parece, y si no, que los tiren al inodoro. ¿Y a quién pusieron en los nuevos cargos? Por supuesto, a los que se comprometieron a votar como el grupo de Torres había resuelto. De lo contrario el cambio no hubiese tenido sentido.

-o-o-o-o-

Esta nueva Corte, cuyo Presidente puede adivinar cómo votarán los jueces, es la que va a reorganizar la Justicia en el Ecuador. Y este nuevo Tribunal Electoral, cuyos miembros deben anunciar cómo van a votar antes de conseguir su nombramiento, es el que va a organizar las próximas elecciones.

No se necesita ser una mujer de la calle para que te manoseen.
Hay otras maneras de hacerlo. La pregunta es: ¿por qué te dejas?