Alumnos de la escuela de joyería y grabado Arturo Sánchez Regalado elaboran joyas con técnicas manuales.

Tenía 29 años cuando se inició como maestro en el arte de la joyería. Desde  entonces su “gusto por enseñar” –como lo afirma– no ha parado. Hoy, a sus 86 años, Arturo Sánchez Regalado continúa como maestro en la escuela de joyería y grabado que lleva su nombre y que funciona en el edificio de la Sociedad de Artesanos Amantes del Progreso (Diez de Agosto y Esmeraldas).

En su escritorio, desgastado y con  huellas evidentes de sus trabajos manuales como joyero y grabador, conserva aún los listados de los alumnos que en 1989 alcanzaban los 63. Ahora apenas cuenta con seis  de los quince que se matricularon  este año.

La máquina laminadora manual (que sirve para la elaborar placas y láminas), sopletes y otras herramientas como el buril (una lima pequeña), sierras, anilleras, un cono de metal para moldear los anillos, entre otros, son las escasosinstrumentos con los que cuenta para enseñar a sus alumnos.

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“Me gusta enseñar, ese es el principal motivo”, asegura Sánchez, maestro desde hace 57 años, quien recibe una bonificación -según dice- de 100 dólares, de la cual paga a una ayudante y separa una cantidad  para el pasaje.

Una de sus alumnas es Gladys Villegas, de 64 años, a quien le gusta trabajar con las manos en la elaboración de joyas y conversar con sus compañeros de clases.

La escuela de joyería se ha convertido para Villegas desde hace seis años en el sitio adonde acude todas las tardes luego de realizar sus tareas del hogar. “Es como un hobbie, claro que es un poco trabajoso porque hay que fundir, soldar, hilar, pero hay que tener fuerza y voluntad”, expresa.

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Junto a ella se encontraba la tarde del martes Arnaldo Endara, de 20 años, quien estudia joyería hace dos años.

Con un buril, Endara tallaba estrellas en un anillo de plata. “Fue mi madre quien me trajo pero después le cogí amor al trabajo”, confiesa Endara, quien señala que lo más difícil de aprender fue la elaboración de anillos con piedras.

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Rosa Parra Arias, de 37 años, es otra de sus alumnas. Es graduada del colegio 28 de Mayo y ha seguido varios cursos que la han hecho merecedora de premios y reconocimientos, pero su sueño siempre fue ser  joyera. Cuando era pequeña se enfermó de polio, mas no ha sido un impedimento para manejar la laminadora y el soplete para diseñar sus joyas.

Ricardo Javier Lindao, de 14 años, quien cursa el primer año en la escuela de joyería que funciona en la mañana, ha decidido acudir a las clases que se imparten en las tardes. “Me gusta y quisiera instalar un taller”, dice.

A las enseñanzas de Arturo Sánchez acuden amas de casa, jóvenes aficionadas y profesionales, como el economista Brinner Brunett,  quien aspira a convertirlo en fuente de ingreso.

Enrique Palma, presidente de la junta directiva de la Sociedad, expresa que el 26 de octubre pasado se entrevistó con el agregado comercial de la Embajada de Italia en Quito, Andrea Regalado, para visitar centros artesanales.

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Destaca que Sánchez realiza una estupenda labor, por lo cual la idea es que si reciben el apoyo del gobierno italiano se unificaría la educación que reciben los alumnos de la escuela de joyería que funciona en la mañana con pénsum de estudios y la práctica que se desarrolla en la tarde.

La visita a los centros de tallado de camafeo y de joyería en Torres del Greco y a los centros de formación en el campo de motores, gasolina y diésel en Torino sería el próximo año.  Expresa que la aspiración a futuro es localizar un terreno en la vía a Salinas para instalar un nuevo sistema educativo que beneficie a personas de este sector. “Queremos que el infante esté en contacto con la naturaleza y que empiece a respetar el ecosistema”, dice. Este proyecto contará con el apoyo del Consulado de China en Guayaquil.

Como parte de la celebración de los 127 años de creación, la institución  ha efectuado en esta semana  actividades que culminarán mañana con una sesión solemne, donde se entregarán 150 medallas, elaboradas por los alumnos de joyería, a estudiantes destacados y personalidades como el vocal de la Comisión de Control Cívico de la Corrupción, Ramiro Larrea.