Según la organización del evento, no existen favoritas claras entre las más de 100 aspirantes que despliegan sus encantos y talentos en la ciudad de Sanya.

Una vez más, el público decidirá con sus votos mediante mensajes a móviles (telefonía celular) y por Internet, quién será la mujer más bella del planeta y, de paso, quién obtendrá los $ 100.000 de premio.

Entre las concursantes, varias misses iberoamericanas intentarán ganar la tiara   de Mantilla (corona), cuyo reinado estuvo marcado por la polémica, tras reconocer públicamente que a fin de realzar su hermosura natural, había pasado por los quirófanos.

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Dentro del grupo latino, la mexicana Dafne Molina Lona quedó el jueves pasado segunda en el concurso Miss Playa, y la ganadora  fue   la rusa Yulia Ivanova, nacida paradójicamente en la gélida región de Siberia.

Dentro de los premios menores, que sirven para animar la gran final, la candidata de Islas Virginia (EE.UU.), Kmisha-Victoria Counts, fue elegida Miss Talento luego de mostrar sus dotes para el canto.

Hainan pagó 4,8 millones de dólares en el 2003 para organizar el concurso, algo que le ha servido para promocionarse como destino turístico tropical en un momento de proliferación de los torneos de belleza en el país comunista.

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En Ecuador
Antonio Marques, padre de la candidata ecuatoriana para Miss Mundo, Marielisa Marques, manifestó ayer su inconformidad porque una de las telefonías celulares (Porta) que funciona en el país presentó problemas. “Hoy (ayer) es el último día de votación y mucha gente que integra el Comité pro Marielisa, así como amigos y familiares, han intentado votar pero no han podido”.

El concurso cuenta con un jurado, pero la votación por SMS e internet será tomada en cuenta en la elección final. El pasado 3 de diciembre, Marielisa envío un correo electrónico al comité que impulsó su candidatura. En él agradeció el apoyo de los ecuatorianos y prometió “representar con altura al país”.

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