Proviene de una familia pobre del departamento de Colonia, en Uruguay. Trabajó desde pequeño como carpintero. Hoy es un empresario próspero.

Hace cinco años su vida se divide entre atender sus negocios y predicar la palabra de Dios. A sus 60 años afirma que estos cinco últimos han sido los más fructíferos de su vida, porque todo lo que tiene lo comparte con los demás.

Es el testimonio que Eduardo García Vergara, ex jugador de Emelec desde 1968 hasta el 1979, conocido como El Ñato , expresa al referirse a su conversión como cristiano.

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Afirma que las religiones le han metido al mundo de que entre más pobre seas más te ama  Dios. “La vida es prosperidad, Dios quiere que sus hijos tengan lo mejor, pero han confundido la pobreza con la humildad que está en el corazón y no en el bolsillo”.

La prosperidad de García se refleja en el circuito de locales de comida conocido como La Parrilla del Ñato, que hoy cumple 25 años de funcionamiento (bodas de plata).

Este uruguayo, que se enamoró de una riobambeña y se quedó a vivir en el país, es presidente del ministerio de Hombres fieles del templo Galilea, en Urdesa.

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A través de esta agrupación afirma que no solo predica la palabra de Dios sino que, con la ayuda de 20 médicos, lleva hace un año atención y medicina gratuita a personas de escasos recursos.

Su lujosa casa, ubicada en la urbanización Parques del Río, en Samborondón, fue la noche del jueves pasado el lugar de concentración de cerca de 150 personas que compartieron un estudio bíblico.

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Asegura que antes era introvertido, pero “hoy me subo a la tarima y cuento mi vida a todo el mundo porque quiero que conozcan lo que hace Cristo cuando llega a tu vida”.

Este uruguayo, que gusta del cangrejo y el cebiche de concha, señala que Ecuador es más que la tierra prometida.

Expresa no ser simpatizante de ningún partido político, pero reconoce la labor de León Febres-Cordero y el alcalde Jaime Nebot en Guayaquil.

Se considera bonachón y prefiere no tener oficina, ni tarjeta, ni celular. Dice no tener enemigos, pero sí muchos amigos.

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