Si algo se le debe reconocer a Rolando Panchana, actual director de noticias de Gamavisión, es el ser un periodista inquieto, el buscar siempre proyectos que en un principio suenan estimulantes.

Como reportero fue parte de ese  grupo que pasó con más pena que gloria sembrando el sensacionalismo por la televisión (José Delgado, José Toledo, Vicente Olmedo, Mari Carmen Ramírez, etcétera) y luego dejó el vacío generacional que ahora vemos en nuestra televisión. Panchana estuvo en el límite del amarillismo, pero no lo traspasó de forma tan grosera como el resto de los nombrados. Y además, se ha mantenido.

Luego vino ‘De la vida real’, donde el dramatizado se cruzaba con el reportaje. Estaba en el límite entre la crónica humana, lo informativo y el sensacionalismo. Fue presentador de ‘Está clarito’ cuando este espacio partió con un concepto claro: la información cálida y entretenida. Poco a poco, el programa de las mañanas de Ecuavisa derivó hacia el “todos meten cuchara” con ligereza y cayó en el último recurso: acudir a grupos de tecnocumbia ligeros de ropa. El periodista se había ido mucho antes.

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Pasó a Gamavisión. En la versión guayaquileña del noticiero de la comunidad de este canal puso en práctica un curioso concepto: la “cámara express”, que consistía en enviar instantáneamente un equipo de reporteros al lugar en donde se produjera la noticia. El concepto se quedó atascado en el tráfico… los equipos en su mayoría no podían llegar –a diferencia de las pizzas–  en 30 minutos, la eternidad en términos televisivos.

Como entrevistador de los noticieros matutinos no cuajó.  Este género no es su fuerte y tampoco había mayor conexión con su contraparte en Quito, Gonzalo Ruiz.

Todo ímpetu, Panchana lo sigue intentando. Ahora están las ‘Crónicas urbanas’,  que en un principio fueron las ‘Historias no contadas’. Se entiende el cambio de nombre. Los niños de la calle o el emigrante son historias mil veces contadas. Es más, son la clase de historias que cualquier entusiasta estudiante de periodismo persigue y a los que son tan afectos los jurados de los premios periodísticos. Pero, hay que hacer una salvedad: ‘Crónicas urbanas’ no apela a la sensiblería. Y eso ya es un alivio.

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El nuevo segmento de Rolando Panchana utiliza una cámara que no se permite ningún devaneo estético. Todo lo contrario, se quiere dar la idea de escenas no preparadas, casi espontáneas. En contraste, la musicalización es recargada y sin salir del estereotipo. El presentador cierra con editoriales que tratan de tener peso, pero no sale de la generalidad: “hacen falta políticas de Estado”, “la situación angustiosa…”, etcétera.

Un nuevo intento de Panchana, ojalá alcance a tener el tiempo de maduración para que pueda definir un estilo y concrete un producto audiovisual realmente distinto.