Colombia se comprometió este miércoles a suspender  temporalmente las aspersiones de narcocultivos en la frontera con Ecuador  durante una reunión de cancilleres en Quito, en la cual Bogotá negó que haya  violado el territorio de su vecino hace un mes en una ofensiva antidrogas.

Tras varios años de insistentes reclamos de Ecuador, Colombia suscribió el  compromiso para suspender las fumigaciones aéreas en el área limítrofe desde  enero próximo, por un tiempo sin definir, y cooperar en la elaboración de un  estudio que determine el impacto de las mismas.

"Para Ecuador es de enorme trascendencia el hecho de que se haya recogido  en un documento el compromiso del gobierno de Colombia de suspender  temporalmente estas aspersiones", destacó el canciller ecuatoriano, Francisco  Carrión, luego de un encuentro de seis horas con su colega colombiana, Carolina  Barco.

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Para avanzar en la lucha contra los cultivos ilícitos, Colombia mantendrá  en la frontera grupos móviles de erradicación manual.

El acuerdo quedó incluido en una declaración conjunta, en la que Colombia  también anunció su apoyo técnico, para la elaboración de "un estudio  prospectivo sobre los efectos de las aspersiones con herbicida a instancias de  Naciones Unidas", solicitado por Quito.

Barco dijo que su nación respalda el pedido del presidente ecuatoriano,  Alfredo Palacio, a la ONU para que haga un estudio sobre los efectos de las  aspersiones.

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Ecuador alega que las fumigaciones antidrogas repercuten nocivamente en el  ecosistema y la salud humana, por lo que reclama su suspensión definitiva,  aunque Colombia ha descartado perjuicios secundarios respaldado en un informe  de la OEA.

"Entre mejor información tengamos va a ser mejor, hemos solicitado que  Colombia participe en la elaboración de los términos de referencia, y así  contaremos con un estudio que va a ser útil para los dos países", agregó  Barco.

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A pesar del importante acuerdo sobre las aspersiones, ambas naciones  mantienen diferencias sobre una violación del territorio ecuatoriano registrado  hace un mes por parte de fuerzas militares colombianas, como reclamó Ecuador.

"No hubo incursión", enfatizó la ministra colombiana y añadió que la  protesta de Quito se dio durante una ofensiva antidrogas en el lado de  Colombia.

"Hubo unos enfrentamientos muy cerca a la frontera, del lado colombiano",  apuntó y resaltó los diálogos a nivel de los ministerios de Relaciones  Exteriores y de Defensa para tratar temas sobre seguridad en la zona limítrofe  y la aplicación de normas para evitar incidentes.

En el comunicado conjunto, los cancilleres también decidieron impulsar el  desarrollo fronterizo mediante planes binacionales en áreas de la salud,  educación y cultura, la seguridad -para lo cual los ministros de Defensa se  reunirán en enero próximo- y el intercambio comercial.

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Colombia además hizo un expreso reconocimiento de la política internacional  humanitaria de Ecuador al albergar a desplazados colombianos que huyen de la  violencia en su país.

Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el  número de colombianos que desde 2000 ha pedido asilo a Quito asciende a 32.000,  siendo reconocidos como tal unos 12.000.

Además estimó que la población colombiana con necesidades de protección en  Ecuador podría ascender a 230.000 personas.

Autoridades ecuatorianas estiman que unos 500.000 colombianos viven en el  país, la gran mayoría de manera ilegal.