Franz Beckenbauer prometió hoy un gran espectáculo para el sorteo del Mundial de fútbol Alemania 2006 el viernes, pero también admitió los problemas que han surgido en la organización del evento del próximo año.
  
"Tenemos problemas, es cierto. Hay preguntas que no podemos aún responder", dijo sin esconderse el presidente del comité organizador hoy en Leipzig. Pero el ex mítico jugador y ahora dirigente instó a que se evite todo dramatismo sobre los problemas detectados en varios estadios, en la venta de entradas y en la seguridad. "Todo esto son pequeñeces que se han hecho grandes, pero lograremos controlarlas", tranquilizó.
  
Beckenbauer no quiso sobrevalorar las críticas del presidente de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado), Joseph Blatter, a los organizadores de Alemania 2006. "La nota que nos ha dado no es tan mala".
  
Hoy el propio Blatter quiso también alabar el trabajo del comité organizador con vistas al sorteo. "Estamos satisfechos con los preparativos, lo están haciendo de forma fantástica", dijo Blatter tras la reunión del comité ejecutivo de FIFA, en el que los organizadores adelantaron los planes de la ceremonia.
  
A falta de 148 días para el inicio del Mundial, Beckenbauer ve a su equipo organizador perfectamente preparado a pesar de los problemas en los estadios de Kaiserslautern, Fráncfort y Núremberg, el debate sobre la seguridad y la disputa permanente en torno a las entradas. "Cualquier problema del país se adjudica al Mundial. Pido que se diferencie, por favor", pidió el presidente del comité organizador.
  
"Quiero admitir que todavía tenemos un inmenso trabajo por hacer, pero queremos ser consecuentes y decir que es costoso", reconoció por su parte Horst R. Schmidt, vicepresidente del comité. El tema de las entradas "está siempre en el orden del día" y será aún en pleno Mundial un asunto de discusión, agregó. Schmidt aclaró que el comité organizador debe producir con la venta de entradas 200 millones de euros netos (234 millones de dólares) para poder mantener el presupuesto de 430 millones de euros (504 millones de dólares).
 
"Es muy tranquilizador ver que después de dos años las previsiones siguen estando de acuerdo al plan", dijo Schmidt, que confirmó además que el lunes habrá un mínimo de 250.000 entradas más a la venta en Internet, pero los fans de los equipos participantes serán los que tengan prioridad, una vez que el viernes se sepa dónde y contra quién juega cada uno. A las federaciones les corresponde sólo el ocho por ciento de las entradas, lo que supone que en los estadios más grandes dispongan de un máximo de 5.100 entradas.
  
Se estima además que un mínimo de 100.000 entradas serán devueltas y puestas a la venta tras ser rechazadas por socios y patrocinadores, a los que les correspondían dentro del programa de hospitalidad.
  
Pensando ya en el sorteo del viernes, Beckenbauer lo espera con impaciencia. "Será un momento muy emocionante", dijo. A pesar de la neutralidad por su cargo, mirará con especial atención lo que acontece con el grupo de su país, Alemania. "Cuanto más difícil sea el grupo mejor, porque entonces habrá que concentrarse ya de inmediato", dijo Beckenbauer, de 60 años, que la semana próxima partirá hacia Africa como parte de su gira mundial para visitar los 31 países que estarán en Alemania.
  
Para la ceremonia del viernes confirmó su presencia el capitán de la selección alemana, Michael Ballack. "En el pasado siempre hubo relativa buena suerte, así que esperemos que siga así. Todos los ojos están en el sorteo y nosotros estamos muy emocionados", dijo el centrocampista en una emisora de radio alemana.
  
El sorteo contará con 4.000 invitados y será visto por unos 320 millones de telespectadores en todo el mundo. Entre los invitados estarán las mayores estrellas de la historia del balompié como Pelé, Johan Cruyff o Lothar Matthaeus. Sólo faltará Diego Maradona, que declinó la invitación de FIFA.