Especialistas coinciden en que no existe una cultura de donación de órganos en el país.

Una necesidad que ha costado vidas que se pudieron salvar es capacitar a los médicos jóvenes sobre la complejidad de un trasplante, como paso previo al proyecto de creación de una secretaría que contenga una base de datos de donantes cadavéricos.

Ese es el objetivo que persigue el curso de trasplante de órganos que se inicia desde mañana hasta el sábado, organizado por la Universidad Católica, en el que participarán como instructores cerca de 24 médicos.

Eduardo Merino Machado, jefe del Servicio de Urología del hospital del Seguro Social y presidente de la Asociación de profesores de esta universidad, explicó que esta secretaría general, que funcionaría en este centro de estudios, estaría integrada por un grupo multidisciplinario contratado, como especialistas en mercadotecnia, en publicidad, médicos, psicólogos, entre otros.

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Esta entidad permitiría, primero, difundir a la ciudadanía información sobre los trasplantes y, segundo, coordinar directamente con los hospitales en la ciudad, acreditados por la Organización Nacional de Trasplantes (Ontot), para que se realicen estas intervenciones, dijo Merino.

La Ontot del Ministerio de Salud tiene la facultad de autorizar y calificar a los hospitales acreditados para efectuar trasplantes.

Según Merino, no hay una cultura de donación de órganos, lo cual ha ocasionado que enfermos esperen por años un trasplante.

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Mencionó que si se crea la secretaría de coordinación, por ejemplo, si existe un posible donante cadavérico en Babahoyo se lo trasladaría inmediatamente a uno de los hospitales acreditados y, con el consentimiento de los familiares, se establecería un contacto con la base de datos para la distribución de órganos.

Indicó que no se deben realizar trasplantes con donante vivo, especialmente de riñón, porque muchas veces fracasa y este se queda con un órgano menos y al receptor se lo debe intervenir otra vez.

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“La gente se resiste porque ve fracasos, pero en todas partes es igual, por eso se  espera un riñón cadavérico con corazón batiente para no extraer el riñón de una persona que, por lo general, es un pariente o de alguien con tejidos lo más compatibles con el receptor”, expresó.

Jaime Macías Rivas, cirujano y ex coordinador de trasplante de hígado en el Seguro Social por 15  años, dijo que los trasplantes de cadáveres a pacientes son los que deberían llevar la batuta, porque con donante vivo siempre trae riesgos.

Coincidió con Merino en que el problema básico es que no llegan a organizarse verdaderos grupos de trasplantes. “No se puede hacer un trasplante con un equipo de cirugía normal. Necesitamos gran cantidad de personas preparadas, y eso es lo que está fallando en los hospitales, donde se debe tener laboratorios de cirugía experimental”, sostuvo.

No hay instituciones que lideren el proceso de trasplante, reiteró Macías, por lo cual la iniciativa de crear esta secretaría abre la posibilidad para coordinar con los hospitales la ejecución de un programa con donantes cadavéricos.

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183 TRASPLANTES
de médula ósea, córnea y riñón se han realizado en el hospital Luis Vernaza de 1979 a la fecha. En la Kennedy se han efectuado  cuatro trasplantes de corazón.

12 PACIENTES
En el hospital del Seguro Social se han realizado 46 trasplantes renales desde 1985 hasta julio del 2005. Hay doce pacientes esperando un trasplante de riñón.