Cada semana que pasa, el prometedor programa de ‘La Hora Nacional’ va convirtiéndose en un espacio más. Algo que se quedó en las buenas intenciones de “rescatar la música nacional”, pero que no plantea ninguna óptica distinta, ningún acceso a la variedad de músicas que tenemos en el país. Ni las tradicionales y menos aún de las contemporáneas.

 Lo interesante es que la prueba más fehaciente la presenta el mismo programa. Al utilizar abundante material de archivo del programa ‘San Viernes’ que se transmitió a principios de la década del noventa (15 años atrás) se hace evidente que nada ha cambiado. Con una particularidad, en ‘San Viernes’, había calidez por la presencia de un público cercano que hacía lo que se hace en un bar de hotel: picar unos bocaditos, tomarse unos tragos y aplaudir a los artistas.

 En lo técnico, hace 15 años la TV no era en estéreo ni tampoco era muy común pantallas más grandes que las de 21 pulgadas. Hoy, en esos aspectos, la TV está a un siglo. No en ‘La Hora Nacional’. El sonido sigue siendo tan pésimo como hace década y media (solo que ahora se nota más), en tanto que la iluminación, los decorados del set, la dirección de cámaras nada de  eso ha evolucionado. En esas circunstancias, no es tan claro si realmente se  está haciendo un trabajo por divulgar las músicas del país o más bien se las está alejando del televidente actual, criado con otras estéticas en la retina.
 
Correctivos y renovación
En el tema del sonido, vale la pena detenerse. En un principio se tomó la buena decisión de que los artistas invitados debían sonar en directo, en otras palabras sin hacer playbacks. Eso, obviamente, significa que las condiciones técnicas debían estar a la altura. En un principio hubo errores, pero se mantuvo un mínimo nivel de calidad. Ahora es un desastre. Para citar un ejemplo: el bajo, el requinto y la guitarra del Trío Colonial sonaban igual y mal. ¿Cabe pensar en un programa de música, en donde precisamente la música suene de manera tan limitada?

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El programa del último sábado debía ser un homenaje a Quito por sus fiestas de fundación. En realidad, el homenaje más interesante fue extraído de los archivos –otra vez– de ‘San Viernes’ con La tuna quiteña. Y aunque es material de valor histórico, al parecer, tampoco el sonido de estos videos se lo somete a algún proceso de remezcla o de reparación digital.

 La consecuencia es la que se dijo en un principio: todo, lo histórico y los grupos en directo, suenan de la misma forma.

 Es una pena, a poco más de dos meses de su estreno, ‘La Hora Nacional’ ya muestra un deterioro. Ojalá se tomen los correctivos, se realice una renovación de los conceptos y se piense en plantear un verdadero diálogo entre las distintas músicas del país. Porque solo de  esa forma se justifica mantener un espacio tan valioso como este programa de Canal Uno.