Los diputados  defienden su actuación en torno a la consulta popular. Consideran que el Gobierno no  tiene planteamientos serios y que conmovido por el retorno del ex presidente Lucio Gutiérrez lanzó al país el debate de la Asamblea Constituyente sin meditarlo, lo que generó un laberinto que lo dejó atrapado.

Los socialcristianos afirman que ellos no  bloquearon   la consulta popular, sino a la Constituyente porque a su criterio, también compartido por la ID, Prian y DP, es inconstitucional. Insisten en que se convoque a una consulta pero que en las preguntas se incorporen textos de reforma que, de ser aprobados, se agreguen automáticamente a la Carta Política.

El PSC centra sus críticas en el ministro de Gobierno (e), Galo Chiriboga, de quien dijeron, ha provocado al Congreso con sus declaraciones “antojadisas y a sus amenazas permanentes”, según el jefe de bloque, Alfredo Serrano.

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Este legislador afirma que el Gobierno se ha equivocado en todo, “el único acierto que tuvo con el ex ministro Oswaldo Molestina no lo pudo sostener por las presiones de su círculo de asesores, quienes pretenden quedarse indefinidamente en el poder”, dice.

Responsabiliza  al régimen también del fracaso legislativo para levantar el candado constitucional, pues asegura que abordó a diputados independientes para impedir que voten por ese levantamiento.

La pugna entre el Ejecutivo y el legislativo, es una consecuencia de los bloqueos recíprocos e incluso intrainstitucionales, dice Andrés Páez (ID), pues afirma que en ambas funciones del Estado existen personas que no quieren la reforma política sino  mantener enfrentados a los dos poderes. “Sino se quiere ir a medidas radicales, ambas funciones deben meditar sobre las consecuencias de una escalada de beligerancia”, dice.

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Mientras,   Luis Villacís (MD), asegura que es clara la irresponsabilidad con la que ha actuado el Mandatario, la ID  y el PSC, quienes “han  boicoteado la Constituyente y la consulta; y el debate de esos dos procesos han sido utilizados como un instrumento de distracción frente a problemas fundamentales como la integración del directorio del Banco Central, el Tratado de Libre Comercio y el problema petrolero”.

El demócrata popular Ramiro Rivera indica que hay  responsabilidades compartidas  sobre la reforma política.

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El Congreso, porque oportunamente pudo haber procesado unas cuantas reformas; y el Ejecutivo, porque el Presidente desde junio hasta noviembre tuvo cinco iniciativas de consulta y todas transgreden la Constitución.

Indica también que tienen responsabilidad algunos “noveleros” que de manera irresponsable y arbitraria, tomándose el nombre de la sociedad pretendieron crear la incertidumbre y el caos; y que de un momento a otro desaparecieron del debate.

Rivera es poco optimista de que haya una reforma por iniciativa del Congreso, lo racional y prudente sería que dialogara con el Ejecutivo y acuerden reformas constitucionales rápidas, dice.