A lo largo de la historia las pandemias de gripe han asolado el planeta por sorpresa. Basta remontarnos a la epidemia de gripe española que cobró 50 millones de vidas en el mundo en el año 1918, originada en una cepa bastante parecida a la H5N1 del tipo A, causada por un virus propio de las aves y que es la que motiva el temor actual de los científicos de desatar una crisis por su capacidad de mutarse y de adquirir genes de otros virus.

Para aquellos que tenemos la oportunidad de asistir a conferencias mundiales de expertos, que son generalmente cautelosos en sus declaraciones sobre los temas delicados y urgentes y que raras veces exteriorizan una verdadera preocupación, quizás para evitar demasiada alarma, debo confesar que durante la conferencia internacional reunida en Ginebra del 7 al 9 de noviembre en la Organización Mundial de la Salud (OMS), coordinada en conjunto con la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización Internacional de la salud animal (OIE) y el Banco Mundial, con el fin de intentar estrategias contra la amenaza de la gripe aviar, capaz de provocar una catástrofe mundial sin precedentes en el rato menos esperado, salimos con cierto agobio pues en ninguna de las intervenciones se vislumbró un rayo de optimismo.

“Pido disculpas por mi discurso sombrío, pero debo decir que las señales de una mutación del virus H5N1 que atacará al ser humano son clásicas, va a ocurrir y ninguna sociedad se verá libre, es solo cuestión de tiempo”. Con estas palabras inauguró la conferencia el Dr. Lee Jong-wook, director general de la OMS, durante el encuentro mundial que reunió a unos 500 especialistas de la salud humana y animal, economistas y representantes del sector industrial, refiriéndose al virus H5N1, del tipo A, de la gripe aviar. “En estos tres días tenemos que tomar acciones inmediatas e insisto en que los países deben elaborar planes nacionales de estrategia”. Con voluntad política se puede combatir esta enfermedad peligrosa. Con tono igualmente pesimista, se dirigieron al público el representante especial del Banco Mundial y la delegada de la FAO. Esta última manifestó que en cada caso nuevo, el virus se muta, transformándose en una cepa pandémica plenamente trasmisible, añadiendo que se necesitarían unos seis meses para diseñar un tipo de proyecto pero solo se cuenta con tres días. “Esta reunión es muy importante. El tiempo apremia”.

“Es primera vez que nos preparamos para una pandemia antes que se declare”, dijo un experto de la OMS pero, ¿qué pasaría si se adelanta la pandemia?
Después de todo, varios expertos declaran que son incapaces de decir cuándo se desencadenará esta. Asimismo sabemos que no habrá suficientes vacunas. La multinacional farmacéutica suiza Roche se comprometió a producir unos 150 millones de dosis antivirales en el 2006 y 300 millones en el 2007 y a bajar los precios que... igual seguirán siendo inabordables para los países pobres.

Brasil y Cuba están capacitados para elaborar vacunas antivirales, pero habría que ver si la Roche les libra la patente exclusiva de la cepa, para su fabricación. De ahí la inquietud de tantos países ante la falta de acceso a los antivirales y por los métodos obsoletos para producir vacunas antigripales humanas. En breve, el círculo se estrecha.