Hacen falta políticas desde el Gobierno que impulsen proyectos en las comunidades y se recuperen los suelos agrícolas con créditos asequibles para que los campos produzcan, se generen fuentes de trabajo y se frene la emigración, dice Jorge Peñafiel, presidente de las Juntas Parroquiales del cantón Alausí.

“Es imposible producir cuando por una caja de tomate de 40 libras no pagan más de  dos dólares o por un saco de 70 libras de fréjol de los 16 dólares que pagan a veces no dan más de 8”,  lamenta el dirigente parroquial.

En la producción no se consideran los tres a cuatro meses de trabajo, la mano de obra, fertilizantes y transporte que son necesarios en el proceso, argumenta.

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Peñafiel afirma que él mismo  se vio afectado. Según cuenta, tenía una hacienda de 40 hectáreas en la cual trabajaba con 17 trabajadores, pero dejó de producir el café, fréjol panamito, maíz, entre otros productos, porque la comercialización ya no era rentable. “Se gastaba más en el proceso de producción y representaba un grave riesgo endeudarse en los bancos para obtener un crédito”.

El dirigente añade que la situación que se registra en Huigra es similar a las otras ocho parroquias de Alausí, cantón con 42.837 habitantes según el censo del 2001, entre ellas Guasuntos, Tixán y Pumallacta.