Once mascotas han identificado los Mundiales  desde 1966. La actual figura  genera críticas.

La historia ha sido amable con la mascota Willie, el león futbolista, vestido con una chaqueta de la Union Jack, que inspiró a la Inglaterra campeona en el Mundial de fútbol de 1966.

El éxito de Willie llevó a que las mascotas pasaran a formar parte de modo regular de los Mundiales, y de todas las simpáticas figuras que han sido utilizadas para promover la cita máxima del balompié, el leoncito es uno de los más duraderos en el recuerdo.

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La visión de Willie todavía estimula a los hinchas ingleses a casi 40 años de su creación, algo que no puede decirse de las mascotas que le sucedieron. A pesar de las campañas globales de mercado que costaron millones de dólares, pocos recuerdan a Striker, el perro que caracterizó el torneo de Estados Unidos 94.
Peor les fue a las mascotas Ato, Nik y Kaz, integrantes del multicolorido trío llamado Spheriks, que sirvió para el Mundial de Corea-Japón 2002.

El mexicano Juanito –un niño vestido de futbolista– ejerció su atracción sobre muchos hinchas en 1970. Fue la primera mascota con forma humana.

En 1974, los simpáticos alemanes Tip y Tap formaron una pareja exitosa. No solo porque acompañaron a la selección liderada por Franz Beckenbauer hasta la consecución del título, sino porque supieron simbolizar también a una Alemania Occidental joven y optimista, que bajo el gobierno socialdemócrata del canciller Willy Brandt buscaba su lugar en el mundo.

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Cuatro años después, en Argentina, la mascota Gauchito trató de reflejar las raíces históricas de la región de la Pampa Húmeda, en un país por entonces gobernado por la dictadura militar de Jorge Rafael Videla.

Naranjito, una naranja parlante de gran tamaño y de amplia sonrisa que sujetaba un balón, en realidad fue más un limón para los españoles, que en 1982 no fueron capaces de llegar a semifinales en su propia casa.

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En 1986, otra vez México fue el anfitrión, con el ají Pique reemplazando a Juanito como rostro visible del certamen. Más recordado fue Ciao, el futurista y colorido muñeco que fue mascota de Italia 90. Francia 98 tuvo lo suyo, con el gallo Footix, omnipresente durante el torneo que los bleus organizaron y ganaron, lo que desató una locura futbolística sin precedentes en el país.

Ahora que los alemanes vuelven a organizar un Mundial la nueva mascota escogida es Goleo VI. El y su compinche, un balón erudito llamado Pille, han sido descritos por algunos críticos como las mascotas menos convincentes en la historia de los Mundiales.

El león tiene un toque de Sesame Street o de aquel extraterrestre televisivo llamado Alf, lo que no es muy sorprendente si se tiene en cuenta que Goleo fue diseñado por una empresa dirigida por el titiritero estadounidense Jim Henson, famoso por crear las figuras de Ernie y Bert.

Según Martin Pross, director creativo de la agencia publicitaria berlinesa Scholz & Friends, Goleo podría no parecer la elección ideal como mascota para Alemania. “La figura del león no encaja realmente con Alemania, un país considerado intelectual y burocrático. Lo bueno de un animal falso es que puede eludir cualquier sentimiento, desde la crítica hasta la aprobación”, asegura Pross.

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El marketing de las mascotas mundialistas genera una enorme cantidad de ingresos para las compañías que obtienen permiso para explotar su imagen en la promoción de sus productos. La facturación total en artículos de recuerdo del Mundial del 2006 se estima en 1.900 millones de dólares  y la mayoría se obtendrá en Europa. En Francia 1998 los ingresos generados fueron de más de 1.000 millones de dólares y el del 2002 superó los 1.200.

Las tiendas de Alemania están ya repletas de parafernalia de Goleo, desde peluches hasta llaveros y cajas de lápices. Y en esta ocasión, el negocio está claramente dirigido a los niños.

Hay quienes sostienen que Goleo VI es una copia de Willie, aunque siempre hay un lado bueno. “Es justo decir que Inglaterra ganó todos los Mundiales con un león como mascota”, asegura Kevin Miles, administrador de una página de aficionados ingleses en internet. “No veo ninguna razón por la que esto no debería continuar siendo así. Le damos las gracias a Alemania por este presagio extra de buena suerte”.