No tenía piedad. Era implacable cuando estaba frente a un arquero rival. Esa característica lo acompañó desde su debut, a los 17 años, con la camiseta del Sport de Recife, hasta su retiro, con el Vasco da Gama, a los 34.

Ademir Marques de Menezes es uno de los más fabulosos atacantes del balompié brasileño de todos los tiempos. Ni la trágica derrota ante Uruguay (2-1), el 16 de julio de 1950, en el Maracanazo, ensombreció el prestigio de Quijada (llamado así por su prominente maxilar).

Ademir también jugó en Fluminense, pero con el Vasco da Gama alcanzó el estrellato. Obtuvo cuatro títulos y fue el ídolo de un equipo arrasador al que llamaban El expreso de la victoria. Su potencia ofensiva se trasladó a la selección donde integró una línea de ataque mortífera (con Friaca, Zizinho, Jair y Chico) que no pudo ganar el Mundial en su casa.

Publicidad

Retirado, se dedicó al comentario deportivo. Murió en Río de Janeiro, en 1996.