Los ministros del Interior de la UE respaldaron ayer un plan global contra la inmigración ilegal, impulsado por España, mientras varios Estados pusieron en duda la eficacia de los planes de regularización de inmigrantes y pidieron una reflexión al respecto.

El plan, presentado por el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el primer ministro francés, Dominique de Villepin, en la cumbre informal en el Reino Unido, señala medidas concretas y su financiación.

El ministro español del Interior, José Antonio Alonso, propuso a sus colegas que se destine “no menos de un 3% del Instrumento Financiero de Vecindad a las cuestiones de inmigración”, lo que supondrían unos 400 millones de euros ($ 464 millones), frente al 1,5% actual.

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Destacó que en la problemática de la inmigración “las declaraciones políticas resultan creíbles si además de ser inteligentes, de contener un buen análisis de la realidad, presentaran propuestas financieras para que se hagan posibles”.