Elvis Crespo se ganó al público quiteño la noche del pasado jueves, en uno de los espectáculos públicos más grandes de las  Fiestas de Quito.

El merenguero, de 34 años,  nacido en New York y que ha vivido la mayor parte de su vida en Puerto Rico, tenía un reto nada fácil en el concierto que presentó en  la capital.

Más de 25.000 personas, en su mayoría jóvenes, asistieron al parque La Carolina, en el sector de la Cruz del Papa (norte de la ciudad), muchos de los cuales conocían poco o nada de la trayectoria del merenguero.   

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Crespo admite que actualmente el merengue es menos escuchado y que son tiempos de reggaetón. Frente a esa realidad presentó lo mejor de sus discos: Suavemente (1997), Píntame (1998), Wow flash (2000), Urbano (2002) y Saboréalo (2004), con este último consiguió recientemente  un Grammy Latino.

No solo fue un  espectáculo musical. Luego de una hora y media de canciones, mostró su  destreza en el baile y su carisma. Como en una anterior presentación en Guayaquil, vistió la camiseta de la selección de fútbol del Ecuador, realizó competencias de baile entre hombres y mujeres, bajó de la tarima y saludó lo más cerca posible a sus fanáticos.

La calidad de su orquesta y el desarrollo del espectáculo terminaron animando al público, que al inicio se mostró un tanto frío. Luego de interpretar  por segunda vez Suavemente y antes Píntame y Luna llena, regresó para finalizar a las 22h17 con el tema Hora Enamorada.

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En el mejor momento de la noche decidió retirarse. Lo hizo a tiempo, cuando la gente pedía más de su espectáculo y aunque apretados bailaban masivamente sus canciones.

Pero a pesar de la buena sensación que Elvis Crespo y su orquesta dejaron en el público capitalino, el sonido falló en algunas oportunidades y una interrupción abrupta opacó la presentación.

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Durante la actuación de Crespo, la concejala de Quito, Vilma Andrade, subió al escenario para agradecer a la empresa privada por la organización del evento.