Se han hecho más clamorosas las voces que advierten sobre los apagones que vendrán a causa del bajo nivel de agua en la Central Hidroeléctrica de Paute. Si los consumidores de energía no se conmueven ante tan alarmante posibilidad, sufriremos todos gravísimas consecuencias. De modo que, antes de lamentaciones dolorosas, vale hacer hincapié sobre el llamado para que se ahorre el consumo eléctrico, en todo nivel. Vale, también, en el mes navideño llamar a los que acostumbran deslumbrar con centenares o miles de bombillos en árboles o fachadas de edificios para que por esta vez desistan de esos ornamentos que, en muchos casos, son ostentaciones que esponjan vanidades. Por esta vez, también, que las entidades que premian las casas más forradas de luces, se abstengan de hacerlo.

Es mejor que destellen las almas iluminadas por el amor al prójimo, al desvalido, dando algo de sí al que nada tiene, como un acto verdadero de fe en la Navidad de Jesucristo.

Arturo Vicente Zambrano Carrasco
Guayaquil