La expulsión del diputado José Dirceu del Congreso  cierra un capítulo de la crisis política en Brasil, aunque el gobierno y el  Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) temen nuevos sobresaltos que  dificulten la reelección del presidente Luiz Inácio Lula da Silva en octubre del 2006.

La Cámara aprobó el pasado miércoles destituir a  Dirceu por 293 votos contra 192, sindicado como cerebro  de manejos financieros ilegales.

Además, Dirceu perdió sus derechos políticos hasta el 2016, hasta entonces no podrá ser candidato ni ocupar algún puesto público.

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Acusado de dirigir una red de corruptelas que buscó recursos en empresas públicas y privadas para financiar campañas electorales y sobornos a legisladores, a cambio de que respaldaran con sus votos los proyectos del gobierno.

Según el derechista Partido del Frente Liberal (PFL) “nadie, ni en el PT, tenía dudas del poder de Dirceu. Al más fiel estilo stalinista, nada se hacía sin su autorización”.

“Dirceu fue separado porque era el segundo responsable de lo insensato en el Parlamento en los últimos tres años, pero el primer responsable es Lula”, afirmó el diputado Jutahy Junior.

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Con doble vida y guerrillero
La vida de Dirceu ha tenido trazos de novela, sobre todo en las décadas del sesenta y setenta, cuando en Sudamérica imperaban las dictaduras.

Detenido en 1968 durante un congreso estudiantil, fue uno de los catorce presos que el régimen militar brasileño liberó un año después a cambio del embajador estadounidense Charles Elbrick, secuestrado por la guerrilla en Brasil.

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Se refugió en Cuba, donde entrenó como guerrillero y, según un ex jefe de la guerrilla brasileña, llegó a trabajar para el servicio secreto del presidente cubano Fidel Castro.

En 1971 regresó a Brasil clandestinamente y con nuevo rostro, producto de una cirugía estética, para unirse al Movimiento de Liberación Popular, inspirado por Cuba, pero las armas no le gustaban y regresó a La Habana.

“Entrené a guerrilleros, pero no me envolví. No era lo mío”, dijo Dirceu, quien finalmente dejó Cuba en 1975 bajo la falsa identidad de Carlos Enrique Gouveia de Melo, un supuesto empresario de origen judío.

Con ese nombre conoció y se casó con Clara Becker, quien solo supo la verdad cuatro años después, cuando tenían un hijo y el régimen dictó una amnistía. Dirceu la abandonó y retomó la política.

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Desde 1995 y hasta que Lula llegó al poder, manejó el PT y los dos dirigieron esa entidad del marxismo a lo que es hoy.